«Desolación» y «frustración» entre la plantilla de LEA
Trabajadores ·
Los empleados de la fábrica vitoriana se han visto forzados a evacuar la empresa dejando coches, móviles y documentación atrásDesolados, cariacontecidos, frustrados... La calle Aramangelu se ha convertido este viernes en el epicentro de la tragedia de LEA en Vitoria. Desde allí decenas ... de trabajadores y buena parte de los directivos han sido testigos directos de cómo la bicentenaria empresa familiar era pasto de las llamas.
Los relatos de esos trabajadores son el testimonio de quienes hacen posible el día a día de Lascaray. Empleados que han pasado la vida entera al servicio de la compañía, jóvenes que han encontrado en la firma alavesa la primera oportunidad, 'currelas' que han conseguido un empleo temporal para poder ir tirando...
Juan, Zacarías y Aymen son de los segundos. Jóvenes que han encontrado en LEA un trabajo estable. En conversación con este periódico relatan cómo ha sido la apresurada salida. «Nos han dicho que había fuego y que saliésemos corriendo de la fábrica», relata el primero. «No sabemos nada de cómo se ha quedado la planta. Pero hay compañeros que se han dejado cosas en las taquillas, los coches aparcados dentro... y no saben nada», explica.
«Iratxe -indica señalando a una compañera- ha venido desde Pamplona. Se ha dejado dentro las llaves del coche y el móvil». «Estamos llamando y no da tono, eso es que se ha quemado», tercia la navarra, visiblemente afectada. Aymen no tiene el coche, pero sí se ha dejado dentro «el DNI, las tarjetas, el móvil»... «Tengo todo dentro», apunta.
Manu acababa de entrar a trabajar cuando se ha desatado el incendio. Empleado a través de una empresa de trabajo temporal, ha sido el encargado de dar la voz de alarma en sus vestuarios. «A mí lo que me preocupa es que todos estos compañeros se van a quedar sin trabajo. A mí me podrán dar trabajo en otra empresa, pero a ver qué pasa con ellos».
A una distancia prudencial, en esa misma calle, buena parte de los Lascaray están pegados al teléfono o hablando con los ertzainas. Con caras largas, la familia declina ofrecer declaraciones a este periódico. En la parte social, Javier Maraña, delegado de UGT, resume el sentir de una plantilla «muy afectada» por el incendio. «Aún no se sabe qué ha pasado, pero la vida te cambia en un segundo. Yo llevo más de media vida trabajando en la empresa; empecé con 20 años».
Según lo que saben en la parte social, habría un herido «muy leve, con alguna quemadura en un brazo», pero nada más. «Todavía no sabemos qué va a pasar con la actividad ni con el empleo. La estructura metálica, que es uno de los pilares de la empresa parece que sigue en pie, pero puede haberse quemado mucho». En LEA, según Maraña, trabajaban algo menos de 120 personas.
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