Real Madrid 82-76 Baskonia

Una gran oportunidad perdida

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La gran baza sobre la que gira una parte importante del entramado merengue desde hace años volvió a ser letal. El Real Madrid se adelanta en la eliminatoria y pone al Baskonia contra unas cuerdas de las que tendrá que salir el próximo viernes en el Buesa Arena para forzar un nuevo viaje al Movistar Arena de la calle Goya. Zurbano toma la palabra después de un primer encuentro entre dos equipos un tanto agarrotados por la tensión y el peso de la importancia que siempre se concede al choque inaugural de una serie corta. El Baskonia repudió el papel de víctima, mejoró su concentración y encontró un punto de combustión defensiva que le permitió incluso sentirse dominador del choque durante muchos minutos.

Así fue hasta que los vitorianos perdieron la firmeza avanzado el tercer cuarto. Tras dos tiros libres anotados por Moneke (44-50, minuto 26), los de Laso se sumieron en un eclipse total. Descuidó el balón el Baskonia, perdió la cadencia anotadora y se desarboló ante un anfitrión que aprovechó la permisividad en el balance defensivo azulgrana, que hasta entonces no había asomado.

Un parcial de 18-1 (62-51, minuto 31) se rompió con un triple de Howard, la primera canasta en juego visitante después de seis minutos. Fue un paréntesis demasiado extenso, más que suficiente para la rehabilitación de un Madrid más fresco en el cuarto final, con el acierto triple ya de cara tras una carta aciaga en la primera parte.

Al plantel azulgrana le quedó entonces el corazón, el ímpetu y la artillería liderada por un Markus Howard, siempre al borde de lo excesivo. Llegó entonces el Baskonia más visceral, el mismo que trató de subirse al encuentro con un par de robos de balón de Cabarrot y Moneke rematados con canastas en contraataque, mediante un palmeo de Sedekerksis, gracias a los lanzamientos extremos de Howard, que le llevaban a la línea de tiros libres, como esos tres aciertos que inauguraron el minuto final con un 78-73 en el marcador.

Buscó el asalto definitivo el conjunto azulgrana gracias a un triple de Samanic, que le devolvió a Tavares el tapón previo a 38 segundos del final (80-76). Perdió el balón Llull 19 segundos después para abrir una ventana a la hazaña. El Madrid era un manojo de nervios, pero el Baskonia quedó engullido por su impulsividad. Todo en las filas vitorianas se ejecutaba por las bravas, como el triple que erró Samanic tras el tiempo muerto de Laso y con el que se escapó una gran oportunidad de 'robar' la ventaja de campo en la serie. La versión mejorada del Baskonia no pudo con un Madrid de nuevo sostenido por su coloso particular. Ahora, queda el Buesa Arena, la última frontera que defender. La mejor trinchera que puede encontrar el viernes el conjunto azulgrana si le acompaña su gente.