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Igor Barcia
Domingo, 27 de abril 2025
Hace apenas 11 días, el Surne Bilbao Basket salía de Miribilla con siete puntos de ventaja sobre el PAOK que eran un billete para la ... esperanza, rumbo hacia un sueño que quería hacer realidad en el infierno de Salónica. Ayer, los hombres de negro regresaron al mismo escenario para estrenar ante su afición un nuevo estatus. Era el primer encuentro de una nueva era. La del Bilbao Basket campeón. «Somos campeones de la FIBA Europe Cup», se recordó por la megafonía de Miribilla. No hacía falta. Todos los presentes en el pabellón eran conscientes de que estaban en una jornada especial donde toda la familia que quiere a la entidad vizcaína había entrado en una nueva dimensión tras 25 años de historia, el de los clubes y aficiones que saben lo que es ganar y celebrar un título, con el añadido de ser en una competición continental. «Bilbao de fiesta, Bilbao txapeldunak», atronaba la megafonía, recordando que la marea negra declaró el miércoles por la noche un estado de felicicidad al que se resiste a poner fin. Después de años complicados, estos cuatro días de celebraciones son un placer al que nadie quería renunciar.
Colas Desde las dos y media había gente fuera de Miribilla para hacerse una foto con el trofeo
Reconocimiento El UCAM mostró su respeto al campeón al hacer pasillo a los hombres de negro
El encuentro frente al UCAM Murcia se presentó como el broche de oro a la consecución de esa FIBA Europe Cup que tanto costó conseguir en la noche inolvidable en la cancha de Salónica. Tras la celebración del equipo con aquellos 150 privilegiados que nunca olvidarán lo que vivieron en los interminables 40 minutos de partido ante el PAOK y un emocionante viaje de regreso hasta Vitoria, llegaron después los actos institucionales del viernes en el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia, con más de 10.000 personas acompañando a sus héroes en la calle. Faltaba un último momento de comunión en el escenario de las alegrías y las tristezas, en el pabellón donde late el corazón del Surne. Había que ir a Miribilla, allí donde empezó a tomar forma el sueño de la final, para celebrar el título en casa. Y como agradecimiento a ese apoyo incondicional, el Surne hizo un regalo a sus seguidores, una foto con el trofeo a quienes quisieran posar con ella. Desde dos horas y media antes del encuentro ya había aficionados esperando su turno para disfrutar de ese privilegio.
A las tres en punto, el trofeo conquistado en el infierno de Salónica salía al exterior de Miribilla y cientos y cientos de personas fueron pasando por la zona habilitada para inmortalizar ese recuerdo, el sello de la marea negra campeona. Por allí cerca pasaron también los jugadores de Jaume Ponsarnau para entrar en la cancha y prepararse de cara al calentamiento. Puestos a pedir, qué mejor que un doblete, una foto con la Copa y otra con jugadores como Sylla, Gielo y Domínguez, pensaron muchos de los niños que tuvieron su recompensa.
Dentro de Miribilla, la tranquilidad dejó paso a la emoción a medida que la cuenta atrás aproximó la hora del inicio del partido. Como era de esperar, el UCAM dirigido por Sito Alonso se colocó para hacer pasillo de honor al Bilbao Basket. «El pasillo no es obligatorio, pero ni me lo planteé, faltaría más que rendir un homenaje a un club por un éxito tan importante», dijo después el técnico. Y con el público puesto en pie, salieron uno a uno los grandes protagonistas del mayor éxito deportivo del club de Miribilla. Para el final quedó Jaume Ponsarnau con el trofeo. otro instante inolvidable para el éxtasis absoluto en Miribilla y un nuevo ejemplo de unión entre jugadores y aficionados.
Las cosas se pusieron serias cuando el reloj marcó las cinco de la tarde y Ponsarnau puso a su quinteto titular en cancha. El Surne campeón quedó aparcado y entró a jugar el Bilbao Basket que buscaba una victoria que le diera la permanencia casi definitiva a falta de cinco jornadas para el final de la fase regular de la ACB. Ahí el público de Miribilla, que de empujar y dar aliento a sus jugadores sabe un rato, pasó a jugar también su partido.
Pero, claro, si han quedado plasmadas las emociones que se han vivido en estos cuatro días inolvidables, en este apartado hay que incluir también la fatiga acumulada por un equipo que tras jugar la ida de la final en Bilbao y viajar a Málaga para medirse al Unicaja, regresó a la capital vizcaína para de aquí volar el martes a Salónica, jugar un partido tremendo el miércoles, regresar a las cinco de la mañana del jueves y vivir un viernes pleno de homenajes y emociones. Por mucho que el alcalde Aburto les recordara en el Ayuntamiento que «mañana a entrenar, que el domingo hay que ganar al UCAM», si todo lo vivido en los últimos días se pone sobre la cancha para hacer frente a un equipo tan duro como el UCAM, el resultado es que la gasolina dura apenas para dos cuartos de partido. Del 32-37 del descanso se pasó a un 42-60 diez minutos después que no auguraba nada bueno -y el equipo llegó a ir 20 abajo-.
Pero lo que no sabía el UCAM es que los equipos campeones nunca se rinden y siempre son capaces de volver del más allá. El Surne lo hizo contra el Dijon al remontar 19 puntos y también regresó en la final frente al PAOK cuando nadie daba un duro por ellos. En el ADN del Bilbao Basket no existe la palabra rendición y espoleado por la afición de Miribilla logró remontar los 20 puntos de desventaja en otro ejercicio de fe y de convicción.
Quedaba una prórroga que ya fue demasiada carga para un grupo de jugadores agotados, pero que tuvieron hasta dos triples consecutivos para seguir peleando. No entraron esos lanzamientos y el UCAM se llevó el triunfo, pero el reconocimiento volvió a ser para ese equipo que ha hecho historia. Así lo volvió a reconocer la marea negra, que sostuvo una vez más al equipo cuando las cosas peor pintaban para devolverles la fe. El Surne y la afición estrenaron ayer estatus, el traje de campeón que tan bien le sienta a este Bilbao Basket. Pero hay cosas que no cambian. La del deseo de competir y de ganar de este grupo de guerreros que lidera Ponsarnau y que permitió que las más de 8.300 personas que acudieron ayer a Miribilla se fueran orgullosas de su equipo.
Sito Alonso «Aquí pasé dos años excelsos. Faltaría más que rendir un homenaje por un éxito tan importante»
Corazón Después de un apagón general, el Bilbao Basket fue capaz de remontar 20 puntos de desventaja
Jaume Ponsarnau «Esta semana ha sido inolvidable, #hemos recibido muchísimo cariño»
También Ponsarnau, que reconoció al finalizar el encuentro que «nos hemos encontrado un contexto de partido donde faltaba inspiración después de todo lo vivido en los días anteriores. Pero este equipo tiene mucho corazón para remontar lo que hemos remontado», aplaudió.
Y también tuvo palabras para agradecer a la afición y a las instituciones por lo que el Bilbao Basket ha vivido tras su éxito en Grecia. «Esta semana ha sido inolvidable para nosotros. Es cierto que hemos puesto nuestro granito de arena, pero hemos recibido muchísimo cariño. Estamos en deuda y vamos a seguir dándolo todo hasta el final».
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