

Descubren muerto en una tupida ladera al buey desaparecido en Carranza
El animal estaba en una cerrada zona de zarzas, peinada por su propietario días antes, y a unos 500 metros de la explotación
«Hemos pasado por ahí delante una vez, y otra y otra. Y nada. Nunca vimos nada. Ahora hay una apertura de casi tres metros ... en las zarzas, como si el animal hubiese bajado rodando. Sí. Es mi buey, el de raza Asturiana». Txema Llamosas Orcasitas, ganadero y cocinero de Casa Garras, en el barrio Concha de Carranza, se mostraba desconcertado después de que, en el vídeo de un vecino colgado en redes, se mostrara el cadáver de un gran animal semioculto entre zarzas en un paraje próximo a su explotación ganadera.
A media tarde de este viernes, y tras terminar de atender el servicio del mediodía en el restaurante, Llamosas se dirigió caminando a la zona de La Siebe, separada unos 500 metros del establo cerrado del Rancho Garras donde engorda a sus bueyes. Allí pudo certificar que se trataba del ejemplar de 1.500 kilos que faltaba de su explotación desde hace dos semanas.
«Es algo muy raro. Encontrarlo aquí, con la cantidad de veces que hemos pasado por este bardal buscándolo, me parece increíble. Creo que hice lo que tenía que hacer. Buscamos al animal durante dos días y, al no encontrarlo, lo denuncié», resume Llamosas.
El buey ha aparecido entero, sin señales de haber sido comido por animales. Tampoco los córvidos ni los buitres, con una importante presencia en la comarca, han marcado la posición del cadáver en los últimos días. «Fue la primera zona que pateamos buscando al buey. Tendría que haberlo visto en las pasadas que hemos hecho por aquí mismo. La lástima es que no lo he encontrado yo», se lamentaba el chef carranzano, ganadero antes que cocinero.
En el vídeo, de apenas catorce segundos subido a Instagram, se puede ver una masa informe, correspondiente al buey desaparecido, tumbado sobre un costado, y en una zona cerrada de matorral de difícil acceso. «Aquí está el buey, en este mato, cómo huele, me cago...», se puede escuchar en la grabación de apenas 15 segundos.
«Sí, olía. El buey tampoco tiene los crotales a la vista», resaltó Txema Llamosas tras contemplar al animal. El ganadero llevaba un año criando al buey con cereal con vistas a sacrificarlo tras el verano y servirlo en su restaurante, especializado en ganado de vacuno mayor y mansos. El animal podía haber arrojado una canal de 900 kilos en la báscula.
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