Piden 10 años para un entrenador de fútbol femenino de Barakaldo acusado de abusos a 4 menores

El acusado negó ayer los hechos, aunque reconoció que ellas no tenían ningún motivo espurio contra él. Las menores declararon a puerta cerrada y detrás de un biombo y él lo hizo a continuación. Se trata de un derecho, el de testificar en último lugar, reconocido a los procesados en una reciente reforma. Las adolescentes se ratificaron en sus versiones aportadas en instrucción. Los supuestos abusos sexuales se produjeron durante la temporada 2023-24, concretamente, entre septiembre y abril de esos años, meses en los que se prolonga la liga y también durante un torneo celebrado en Salou.

El entrenador llevaba ejerciendo como tal desde hacía 20 años en uno de los clubes de fútbol más importantes de la Margen Izquierda. Una jugadora mayor escuchó unas conversaciones en las que otras más pequeñas hablaban del mal comportamiento del 'míster' con ellas y les animó a que presentaran una denuncia por los hechos. Con una de las chicas el hombre coincidía cada viernes en la estación de tren de Lutxana y, tras pedirle un abrazo, «le dio una palmada en el culo», señala el escrito del Ministerio Público. En otra ocasión, en diciembre de 2023, se bajó los pantalones y le mostró los genitales en pleno andén. A otra de las menores, le echó crema antiinflamatoria en una pierna porque había sufrido una lesión mientras le decía «tienes un culo muy bonito». Las chicas relataron también que les hacía comentarios inapropiados del tipo «no me calientes», «no me provoques», les colocaba el brazo por la cintura y les preguntaba si tenían novio.

Algunos de los episodios se produjeron durante el viaje de regreso en autobús de un torneo en Salou. A dos de ellas las sometió a tocamientos «con ánimo de satisfacer su deseo libidinoso», señala la Fiscalía. Una de las víctimas se quedó dormida durante el trayecto en bus desde Cataluña a Euskadi, momento que aprovechó para darle un beso. Cuando la chavala se despertó, se lo recriminó y la volvió a besar. Ante estas acciones, las chicas se quedaban paralizadas y no sabían cómo reaccionar.

El fiscal solicita, además, una indemnización por daños morales para las cuatro jóvenes de 4.500 euros en total. Junto con las penas de cárcel, también se pide la libertad vigilada durante seis años con medidas formativas de educación sexual. De ser condenado, el acusado no podrá dedicarse a un oficio o profesión que esté relacionado o que le obligue a mantener contacto regular y estrecho con menores. Tampoco podrá ejercer la patria potestad de niños. Tanto la Fiscalía como la acusación particular piden que se le imponga la prohibición de acercarse a menos de 100 metros o comunicarse con las denunciantes durante un periodo de tres años.

El juicio apenas duró una hora y quedó visto para sentencia ayer mismo. El fiscal había intentado que las partes llegaran a un acuerdo de conformidad, aunque lo elevado de la petición de penas imposibilitó el pacto.