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Un imponente asteroide amenaza con impactar contra la Tierra: ¿cómo se desvía para que no choque?

Los especialistas vigilan la trayectoria de una roca estelar del tamaño de un gran edificio que podría impactar contra nuestro planeta en 2032

Jueves, 6 de febrero 2025

2024 YR4 es el alambicado nombre de un asteroide de entre 40 y 100 metros de longitud que habría pasado desapercibido si no fuera porque ... cabe la posibilidad de que choque con nuestro planeta el 22 de diciembre de 2032. Los expertos calculan que existe un 1,2% de probabilidades -la cifra varía casi cada día- de que ocurra, aproximadamente una entre 83. Por comparación, la posibilidad de que toque el Gordo de Navidad es del 0,001%, una entre 100.000. De ocurrir, los científicos creen que caería en un corredor que iría desde el este del océano Pacífico, el norte de Suramérica, el océano Atlántico, África, el mar arábigo y el sur de Asia. ¿Qué se podría hacer en caso de que finalmente se confirmara el riesgo de impacto?

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La ONU creó en 2013 dos agencias especializadas en estas situaciones: la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG). Ambas se activan cuando la probabilidad de choque supera el 1% y el asteroide mide más de 10 metros. Detectado el 27 de diciembre del año pasado por el Observatorio Atlas de Chile, 2024 YR4 cumple ambos requisitos. Según la llamada escala de Turín, que va del uno al diez, esta roca estelar se sitúa en el tercer escalón, lo que implica «un encuentro cercano, que merece la atención de los astrónomos» y que es capaz de provocar una «destrucción localizada». La SMPAG tiene prevista una nueva reunión esta primavera. En el caso de que se mantenga la situación, la entidad planteará «recomendaciones adicionales a la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA)«.

En previsión de situaciones de este tipo, las agencias espaciales han ensayado ya una forma de desviar la trayectoria de cuerpos celestes. El plan se llama 'Aida', siglas en inglés de Evaluación de Impacto y Desvío de Asteroide y, en resumen, consiste en utilizar la fuerza bruta para alterar su trayectoria. La única prueba realizada hasta ahora tuvo lugar en 2022. La sonda Dart -siglas de Double Asteroid Redirection Test- de la Nasa impactó sobre Dimorphos, una mole de roca de 150 metros cuya órbita logró modificar. El artilugio chocó a una velocidad de 22.500 kilómetros por hora, lo que desvió en 32 minutos su trayectoria hasta entonces. «Antes del impacto, Dimorfo tardaba 11 horas y 55 minutos en orbitar su asteroide anfitrión, Dídymo, de mayor tamaño. Desde la colisión intencional, ese tiempo ha bajado a 11 horas y 23 minutos», anunció entonces la agencia espacial estadounidense. En el impacto se desprendieron más de mil toneladas de roca y polvo que generaron una estela de 10.000 kilómetros. Fue el primer objeto del Sistema Solar cuya órbita fue modificada por la actividad humana.

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La segunda parte de esta misión se lanzó el 7 de octubre del año pasado. La misión Hera de la Agencia Espacial Europea llegará a Dimorphos en octubre de 2026 para recoger todo tipo de datos de su predecesora.

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Destrucción de una ciudad

La alarma suscitada por 2024 YR4 obedece en buena medida a lo ocurrido hace 66 millones de años. Entonces, otra roca estelar, el Chicxulub, impactó en el Golfo de México y acabó con los dinosaurios. Aquella colisión liberó una energía equivalente a 5.000 millones de bombas como la arrojada en Hiroshima y generó un megatsunami de 100 metros de altura. Minutos antes, solo con su entrada en la atmósfera, generó rachas de aire caliente que mataron a cualquier ser vivo situado a 500 kilómetros. Su impacto fue duradero: el dióxido de carbono liberado a la atmósfera elevó hasta cinco grados la temperatura del planeta durante 100.000 años.

La gran diferencia es el tamaño de ambos asteroides: este último medía diez kilómetros. El efecto que causaría 2024 YR4 equivaldría a 500 bombas atómicas y no provocaría una crisis global, pero sí sería capaz de destruir una ciudad. Ya ocurrió algo similar el 30 de junio de 1908. Entonces, un asteroide de entre 50 y 190 metros de diámetro explotó sobre la región siberiana de Tunguska y arrasó 2.200 kilómetros cuadrados de bosque. Más recientemente, en 2013, otro de unos 20 metros de diámetro causó heridos y daños en edificios al sobrevolar la localidad rusa de Chelyabinsk. La Nasa calcula que cada día impactan en la atmósfera unas 100 toneladas de «objetos naturales procedentes del espacio». 2024 YR4 y Dimorfo son dos de los 20.000 cometas y asteroides que podrían cruzarse peligrosamente con la órbita de nuestro planeta.

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