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Patrick Crusius tenía 21 años cuando el 3 de agosto de 2019 condujo más de 1.125 kilómetros durante once horas desde su casa de ... Dallas hasta la frontera con México en El Paso cargado con un rifle AK y munición que había comprado por internet pocas semanas antes. Allí irrumpió en un establecimiento de la popular cadena Walmart y abrió fuego con su arma semiautomática dentro y fuera del edificio. El ataque, que tenía como objetivo a ciudadanos mexicanos, se produjo poco después de que publicara un discurso racista en sus redes sociales en el que alertaba de una «invasión hispana». Fue uno de los peores tiroteos que recuerda Estados Unidos, con 23 víctimas mortales y 22 heridos, y la mayor masacre cometida contra latinos en la historia moderna del país. El tribunal estatal de Texas ha condenado a Crusius este lunes a cadena perpetua.
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El asesino ha reconocido en el juicio que buscaba matar hispanos en el supermercado de la ciudad fronteriza texana, un punto de gran afluencia de clientes ese fatídico fin de semana, con la intención de disuadir a los latinos de emigrar a EE UU. Crusius se ha declarado culpable después de que la Fiscalía descartara la petición de pena de muerte. El cambio de parecer del Ministerio Público tiene detrás a los familiares de las víctimas, quienes buscaban que el caso se cerrase cuanto antes.
El abogado de la defensa, Joe Spencer, se ha mostrado satisfecho con el acuerdo alcanzado porque otorga «finalidad judicial» al proceso y evita que se prolongue al dictarse una condena automática a cadena perpetua. El letrado ha expresado sus condolencias a los allegados de las víctimas y ha asumido el impacto devastador de lo sucedido aquel día de verano en el centro comercial. «Trajo violencia y terror a un lugar de paz, destrozó vidas y cambió para siempre El Paso». «Sólo saldrá de la cárcel en un ataúd cuando Dios lo disponga», ha expresado sobre el futuro de su cliente.
«Se trata de una persona con el cerebro roto», retrató Spencer, quien ha recordado que Crusius, ahora de 26 años, abandonó sus estudios universitarios y está diagnosticado de un trastorno esquizoafectivo que se manifiesta en forma de alucinaciones, delirios y cambios de humor. El joven ha padecido una enfermedad mental debilitante durante la mayor parte de su vida. Según el abogado, el asesino quedó «consumido por ideologías extremas que se encuentran en internet». Durante el proceso judicial, eso sí, el condenado no se ha disculpado de forma pública por la matanza ni ha expresado remordimientos por el reguero de sangre que dejó en El Paso.
Sam Medrano
Juez
El chico fue catalogado por las autoridades como un supremacista blanco. Así lo refrendó él mismo en un foro de internet momentos antes de protagonizar el tiroteo, con un manifiesto de 2.300 palabras en el que abanderaba unas tesis antiinmigrantes, se oponía a la «mezcla de razas» y dejaba por escrito que el ataque era «una respuesta a la invasión hispana de Texas». «Ellos son los instigadores, no yo», se excusaba. «Simplemente estoy defendiendo a mi país del reemplazo cultural y étnico provocado por la invasión».
Entre los 23 fallecidos, con edades comprendidas entre los 15 y los 90 años, había ocho personas de nacionalidad mexicana, según confirmó en su día el Gobierno de López Obrador. En el atentado racista perdieron la vida comerciantes, un conductor de autobús jubilado, un profesor, un antiguo herrero y sobre todo ciudadanos mexicanos que habían cruzado la frontera para hacer compras y pasar la jornada sin saber que sería la última.
El actual ministro de Economía de México, Marcelo Ebrard, que en el momento de la masacre era el jefe de la diplomacia azteca, ha celebrado que «al fin» y «después de casi seis años» haya sido condenado a cadena perpetua el autor del «peor atentado terrorista de este siglo contra la comunidad mexicana en Estados Unidos».
Este acto de violencia dejó una profunda herida entre la población de El Paso, una ciudad fronteriza conocida por su diversidad y su estrecha relación con México. El juez Sam Medrano se ha dirigido de una forma muy dura al acusado durante la audiencia: «Vinieron a sembrar el terror, a acabar con vidas inocentes y a destrozar una comunidad que solo defendía la bondad, la unidad y el amor». Pero Crusius no logró del todo su propósito. «No dividiste esta ciudad, la fortaleciste. No silenciaste su voz, la hiciste más fuerte. No infundiste miedo, inspiraste unidad», ha descrito el magistrado.
El joven ya había sido condenado a noventa cadenas perpetuas consecutivas por un tribunal federal, tras declararse culpable en 2023 de delitos de odio con resultado de muerte y cargos relacionados con el uso de armas.
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