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Clara Galle, como Amaia, en un fotograma de la ficción. Matías Uris / Netflix

'Olympo', una 'Élite' ambientada en un centro de alto rendimiento deportivo

Protagonizada por Clara Galle, Nira Osahia, Nuno Gallego y Agustín Della Corte, la nueva ficción de corte juvenil de Netflix es un sucedáneo con poca gracia que ya ocupa el primer puesto en el top de series más vistas

Iker Cortés

Madrid

Lunes, 23 de junio 2025

Cuerpos atléticos, mucho sexo en los baños y en los vestuarios, algo de deporte y cero enjundia. Así es 'Olympo', la ficción de Netflix que parece tomar el testigo de 'Élite' y que ya se ha posicionado como una de las series españolas más vistas de la plataforma en lo que va de año. La producción de ocho capítulos, a cargo de Zeta Studios, la misma productora detrás de las aventuras de los estudiantes del instituto Las Encinas, sigue los pasos de Zoe, una corredora a la que da vida Nira Osahia, en su ingreso en el Centro de Alto Rendimiento Pirineos.

Nira, en realidad, juega el mismo papel que Itzan Escamilla u Omar Ayuso jugaban en 'Élite': el de esos personajes con un carácter más marginal, ajenos al ambiente que se respira en el enclave, un rol con el que el espectador se puede sentir algo más identificado -poco, la verdad-, y a través del cual puede ir aprendiendo las dinámicas de un entorno tan especial. Zoe tiene el potencial para despuntar como atleta, pero es incapaz de creérselo y a su llegada al centro comprueba que poco tiene que ver con el resto de deportistas, personas en su mayoría muy metódicas, sujetas a unas rutinas de entrenos fuera de lo común.

Pronto descubrirá también la feroz competencia instalada entre los atletas. Si en 'Élite' todo giraba en torno a la lucha de clases, aquí se introduce una mecánica similar cuando entra en juego la llegada de los ojeadores de Olympo, una marca deportiva que seleccionará a los deportistas más importantes del centro para patrocinarlos y llevar su carrera al estrellato. Cámaras lentas y deportivos de lujo para estos personajes bidimensionales que ya desde el principio parecen ocultar algo.

¿Y quienes son los gimnastas que más despuntan? Amaia es la capitana del equipo de natación sincronizada, a la que da vida una Clara Galle que, a juzgar por el espectacular cambio físico, se ha preparado a conciencia para el personaje. Autoexigente y muy presionada por su madre, echa horas en la piscina con la esperanza de llegar a las próximas olimpiadas. Cristian, su pareja, al que encarna Nuno Gallego, no parece, en cambio, que vaya a lograr quitarse el sambenito de eterna promesa del rugby. Vive a la sombra de su hermano, una leyenda de este deporte de bestias jugado por caballeros, y no acaba de brillar.

Quien sí lo hace, en cambio, es Roque. En su piel se introduce el uruguayo Agustín Della Corte, que en la vida real formó parte de la selección de rugby de Uruguay entre 2017 y 2020 e incluso llegó a disputar la Copa del Mundo de 2019. Su trama, una de las más interesantes, le llevará a enfrentarse a la homofobia dentro y fuera del terreno de juego.

Tres fotogramas de la ficción. Matías Uris / Netflix
Imagen principal - Tres fotogramas de la ficción.
Imagen secundaria 1 - Tres fotogramas de la ficción.
Imagen secundaria 2 - Tres fotogramas de la ficción.

Aliados, enemigos, zancadillas, favores y traiciones, así como todo tipo de relaciones sexoafectivas -solo faltan las típicas fiestas que sirven de columna vertebral a cada capítulo de 'Élite'-, están a la orden del día en esta historia con una falta alarmante de humor que comienza cuando Amaia pone a prueba a la que siempre ha sido su pareja en natación sincronizada, Nuria (María Romanillos), después de que lleve varios días de baja. Tras un ejercicio bajo el agua impresionante, la joven pierde el control y acaba intubada. No será el único elemento que perturbe a la joven. Tras ser despedido del centro, Cristian volverá apenas unos días más tarde con un físico mucho más acorde a lo que se le exige. A partir de ahí, Amaia comenzará a preguntarse por esta mejora en sus rendimientos a todas luces inexplicable.

Sin atisbo de humor

Visualmente elegante -las secuencias en la piscina son un hallazgo y la elección del Balneario de Panticosa como escenario para buena parte de la acción es un acierto-, aunque un tanto fría y anodina, los actores hacen lo que pueden con este texto sin atisbo de humor, pese a los cameos que atesora, que obliga a suspender la incredulidad y se embarulla al hablar de un misterio que, en realidad, parece casi resuelto desde el principio. Dopaje, competitividad y presión son los pilares sobre los que se sostiene una ficción acerca de la creación y la manipulación de ídolos deportivos, tratados como bienes de consumo por las marcas, de cara a una juventud necesitada de estrellas en las que mirarse.

Creada por Jan Matheu, Laia Foguet e Ibai Abad, es de agradecer al menos que 'Olympo' se aleje del deporte rey para tocar otras disciplinas alejadas del foco mediático, y cuente entre sus filas con deportistas como Ona Carbonell, la segunda nadadora de la historia con más medallas mundialistas, que hace aquí un pequeño papel como presidenta de la Federación de Natación.

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