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La Cantabria que hay que descubrir a pie
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La Cantabria que hay que descubrir a pie

Ocho rutas permiten conocer la provincia vecina de norte a sur y de este a oeste, caminando, ahora que el buen tiempo invita a salir de casa en busca de sol

Jueves, 8 de mayo 2025, 22:09

Nos vamos a caminar. A Cantabria. Avanzamos en el mapa de izquierda a derecha, dividiendo la provincia en zonas. Desde las más cercanas a nuestras fronteras hasta las más alejadas. Y exponemos un muestrario amplio, con un poco de todo.

Asón-Agüera

Ruta del Pico Cerredo

F. García

Subida y bajada, en eso consiste esta caminata que hace cumbre y regresa a tierra llana. Queda cerca, pues este macizo de cuerpo rocoso y piedra caliza se encuentra en Castro Urdiales. Por eso es fácil imaginar que sus vistas regalarán panorámica hacia el Cantábrico, mirada hacia un mar que va y viene, que rompe en espumas y dibuja un cuadro por el que vale la pena el esfuerzo. Tampoco será tan grave, la senda arranca en el pueblo de Allendelagua, desde una pista asfaltada estrecha que se dirige a una plantación de eucaliptos, así que abre las fosas nasales para respirar su aroma. Los árboles definirán donde abandonarla para empezar el ascenso por la ladera en la que el vecindario se puebla de encinas.

Dos rocas flanquearán la marcha, cuando las veas toca rodear una pradería casa alcanza una pista que avanza junto a las ruinas del antiguo castillo de San Antón. La fortaleza fue esencial para el Camino de Santiago por el norte, vinculado a la orden de los Templarios. Habrá que girar a la derecha y ascender entre eucaliptos usando un cortafuegos.

En cuanto aparezca ante el senderista el menhir de Ilso Grande, deberás permanecer atento porque, unos metros más arriba, abandonarás el cortafuegos para, a la derecha, elegir un sendero que sigue hasta un collado en la base del Pico Cerredo. Queda, pues, subir entre curiosas formaciones rocosas hasta la cumbre, donde espera el regalo del que hablábamos al principio de estas líneas. Preciosas vistas de la costa entre Santander y el cabo de Matxitxako, y el entorno litoral y urbano de Castro. Después de tomarse el tiempo que cada cual necesite, el descenso tendrá lugar por el mismo camino.

10 km. 3.30 h. Desnivel: 600 metros, subida y bajada. Dificultad: pendientes fuertes al inicio de la ascensión, final por zona rocosa.

Trasmiera

De Somo a Langre por la costa

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Seguimos junto al agua, en este caso en la oriental, para abordar un recorrido sencillo que enlaza punto de partida y destino por la costa de Ribamontán al Mar, un paseo que pisa arena y atraviesa la playa de El Puntal-Somo-Loredo y la isla de Santa Marina. Somo es el origen, concretamente su embarcadero, al que llegar en coche o, más divertido, en lancha desde Santander. El senderista cruzará el municipio hasta alcanzar el arenal. Ya en la playa, hay que ir hacia la derecha, en dirección este, hasta Loredo. Si te gustan los arroyos, estás de suerte, debes atravesar el juguetón de Castanedo. Desde ese punto podrás ver ya en el camino las primeras rocas, así que mejor escoge el sendero entre las dunas para conseguir rodear el pinar. Luego toca descender a la playa del Bao, ya ves que granos de arena van a ser fieles compañeros en esta opción.

Cruza otro regato, sube por el camino amplio que lleva hasta el aparcamiento de la playa de Los Tranquilos, encandila solo con escuchar su nombre. Aguarda frente a la isla de Santa Marina, la más grande del litoral cántabro, por si no lo sabías. Desde ahí, la ruta ha de completarse por acantilados asomados al mar. Cuidado con hacerlo tú, está muy bien lo de emocionarse con el paisaje, pero tampoco necesitas acercarte al lugar donde la tierra se despeña. El mirador de Llaranza aparecerá en tu camino, para enamorarse de la fiereza del Cantábrico, algo más suave ya en estas fechas, cuando modera su mal humor arrullado por el sol. Siguiente parada, para disfrutar la bonita playa de Langre. Un sendero continúa por el borde del acantilado y una escalera ayuda a descender hasta ella para mojarse los pies.

6,5 km. 1.45 h. Desnivel: 20 m subida y bajada. Dificultad: fácil.

Valles Pasiegos

Valle de Hera y Vega de Pas

Pedo Puente Hoyos

Lo primero que hay que localizar en esta opción es la última cabaña de El Campizo, es fácil, aunque parezca a la vez concreto e inconcreto. Desde este antiguo poblado de trabajadores parte el camino que baja hacia el valle. Junto a la antigua estación de Yera, ahora abandonada, dejará atrás el senderista un grupo de cabañas. Tras cruzar un puente, deberá seguir paso a paso por la margen derecha del río de idéntico nombre. Justo donde se produce la fusión entre el río Yera y el Aján, su afluente, cuyo origen parte de la boca norte del denominado túnel de la Engaña, justo en ese momento, decíamos, avanzará el turista hasta una de las zonas más típicas de La Vega, El Avellanal. Allí, pequeñas cabañas pasiegas salpican el paisaje en abundancia, aguardando como antiguamente a pastores y rebaños, a ganaderías y dueños.

Las casitas seguirán como fieles compañeras el trayecto valle abajo. También habrá viejos puentes de piedra y nuevas construcciones. La ruta subirá más tarde hasta la carretera, pasados unos 200 metros, habrá que dejarla para continuar cuesta abajo por un camino a la izquierda que se dirige a Sel de la Canal, otro barrio de cabañas junto al agua. Volver a la carretera es lo que toca y, tras avanzar aproximadamente un kilómetro, se habrá llegado a la Vega de Pas. Allí hay que cruzar el río por la última pasarela de piedra, subir una senda hasta hallar una pista y obedecer esta última en suave descenso hasta el cruce de La Vega de Pas. Ya en el pueblo, la plaza late fuerte como corazón de la comarca.

6 km. 1.30 h. Desnivel: 250 metros de bajada. Dificultad: fácil.

Costa central

Ruta de la costa norte de Santander

Carlos Castilla Jiménez

Muchas personas han visitado Santander, pero no tantas han partido desde sus calles para conocer mejor todo el municipio que ocupa una larga franja costera con tres zonas bien marcadas, la bahía, el abra de El Sardinero y la costa norte. Hacia la última opción nos dirigimos desde la segunda playa de El Sardinero en dirección al Cabo Mayor. Calza las deportivas para arrancar en ese arenal, sube las escaleras que ascienden al Cabo Menor, no hay pérdida. Obedecerás a un camino de losas que fluye bordeando el acantilado, junto al parque y el campo de golf de Mataleñas, imposible equivocarse. Disfruta las vistas, comienzan enseguida y no te dejan ya durante todo el camino.

Mira a izquierda y a derecha durante la ruta, no pierdas la perspectiva panorámica. Acabarás llegando a la playa semisalvaje que luce el mismo nombre. Escoge la carretera por la derecha hasta Cabo Mayor, solo hace falta dejarse guiar por el faro de Santander. Allí puedes aprovechar y tomar algo frente a un Cantábrico que nunca te ha abandonado. Contemplarás acantilados y praderías. Sigue paralelamente a esos cortes de tierra que besan el mar, pasarás junto a una pequeña ensenada donde empezar la subida para llegar al 'Puente del Diablo'. Antes era una pasarela natural cárstica, pero años de erosión la lamieron con gusto, dejando poco de ella. Continúa hacia el edificio del Centro Meteorológico de Cantabria, después al Panteón del Inglés. Allí empieza un laberinto rocoso y, tras él, hay prados que llegan a la playa de El Bocal. Lo mismo que hasta ahora, aplica la dirección paralela a la costa y verás la batería costera de San Pedro. Desde allí acabarás en La Maruca, tras haber dado un paseo sencillo y bonito.

7,5 km. 2 h. Desnivel: 100 metros, subidas y bajadas. Dificultad: fácil.

Besaya

Calzada romana de Cildá

Se Quintana

Situémonos. Plan: largo, 30 kilómetros, para andarines sin complejos. Localidad: Molledo. Dónde: Valle de Iguña. Comienzo: en la antigua carretera Santander-Palencia. De ahí habrá que tirar hasta el desvío a Silió, y atravesar el pueblo. Al final arranca la pista que lleva al collado de Pombo. Se cruza el río y, siguiendo el curso por la izquierda, aparece un tramo de fuerte pendiente. Obvia la pista que baja al río, sigue hasta un nuevo desvío donde decir adiós a la senda y hola a otra que surge a la derecha. Esta va hacia el collado de Pombo, por una pista que no se encuentra en muy buen estado. Ya allí, remonta el cortafuegos del Monte Cildá hasta la antena, gira a la izquierda y continua por el camino que desciende por el centro de una loma ancha.

Siguiente meta: la Perizuela, verás restos de una antigua calzada romana, la del Escudo. Pasarás por la sierra que divide los valles de Iguña y Toranzo, hacia Quintana de Toranzo. Vas a toparte de camino con las ruinas de la cabaña de Extremado y con una torre de alta tensión. Allí es donde hay que elegir el desvío de la izquierda, para después bordar prados escoger el camino de la derecha. Y en la siguiente bifurcación, de nuevo la izquierda. Sigue recto y di sí a los dos desvíos próximos hacia la derecha, recto de nuevo y gira a la derecha, luego a la izquierda, y por fin a la derecha hasta la carretera que lleva a Arenas de Iguña. Ya, parece aquella canción infantil que decía lo de «izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás, un dos tres», pero en realidad es más intuitivo de lo que suena.

30 km. 4/5 h. Desnivel: 815 metros subida y 902 metros bajada. Dificultad: Media.

Campoo Valderredible

Ruta de los menhires de Valdeolea

J. L. Sardina

Salimos en busca de prehistoria. A cazar un conjunto de menhires que celebran 5.000 años de antigüedad. Empezamos en Mataporquera, la capital del municipio, con una presentación ya, la del menhir 'Cañón', también llamado 'Piedrahita'. Mide, 3,68 metros, así que es sencillo verlo. Se suma al monumento la panorámica del valle. Muy cerca de Bercedo hay otro, el 'Peñuco', más alto, 4 metros. Dicen que probablemente fuera arrastrado más de dos kilómetros hasta su ubicación actual. El siguiente es 'El Cabezudo', y seguimos con la progresión, 5 metros, uno de los más altos de España. En el término de la Cuadra queda 'La Llaneda', de 3,78 metros. Más peque es 'La Puentecilla', 2,35. Y siguiendo el itinerario, llegan juntos 'La Matorra I' y 'La Matorra II', los más bajitos, de 1,60 y 2,20 metros.

Reinosilla acoge el 'Laja megalítica' o 'Menhir puente', que debió ser un dolmen destruido y acarreado hasta su actual ubicación para usarlo como puente sobre un arroyo. El último es 'Peñahincada' o 'Piedra de Sansón', de 3 metros. Una leyenda cuenta que lo lanzó Sansón desde un alto cercano.

11 km. 3.30 h. Desnivel: 250 metros subida y 400 bajada. Dificultad: fácil.

Saja Nanda

El Valle de Peñarrubia

Anton Sheiko

Saldrás desde el cruce de entrada Piñeres y Cicera, desde la carretera CA-282. Hacia el pueblo de Cicera, que hay que atravesar. También se cruza el río, y se recorre el camino de descenso por la margen izquierda. Siguiendo el agua hay un espectáculo geológico, al centro del desfiladero de La Hermida. Continúa por camino empedrado hasta la N-621 en dirección a Unquera.

Pasados dos kilómetros por el desfiladero, hay un puente que supera el Navedo. Entonces comienza un barranco lateral cuyo camino ascendente bordea por la izquierda del río hasta el pueblo de idéntico nombre. Hora de regresar subiendo la carretera o a través del campo, mejor la segunda elección por bosques y praderas.

10 km. 3/4 h. Desnivel: 400 metros por desfiladero. Dificultad: algún sendero difícil de ver.

Liébana

Ruta del Monte Tejas

Andrés Fernández

El objetivo es acudir a la vega del río Besaya, al valle de Buelna, conocer un precioso bosque de robles y hayas y una de las cuevas Patrimonio de la Humanidad. La ruta sale de Tarriba, pasa delante de un edificio del siglo XVI, accede a una pista asfaltada hacia la vaguada del río Tejas. Deja la vía principal y gira a la izquierda, a una pista que entra en el monte. Sigue hasta una escarpada roca desde donde una senda asciende hasta la cueva Hornos de la Peña, adornada con pinturas paleolíticas.

Después de llegar hasta la famosa cavidad, toca ir hacia el refugio de Tejas, situado junto al río de mismo nombre. Lo harás cruzando el agua varias veces. Poco a poco, el valle se va estrechando. Sube y contempla las vistas de los montes Dobra e Ibio, si el día está despejado, la Peña Sagra o Alto Campoo, y una inmejorable panorámica del valle de Buelna.

Queda volver, iniciar el retorno. ¿Cómo y por dónde?: por el camino que gira a la izquierda camino del pueblo de Tarriba, al que descenderás poco apoco a través de caminos y pistas asfaltadas.

9,5 km. 2.50 h. Desnivel: 300 metros. Dificultad: fácil.

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