El polígrafo de la Historia El español que aterrizó en la Casa Blanca
Los hermanos Wright realizaron el primer vuelo con motor en un avión en 1903. Unos años más tarde, el español Juan de la Cierva revolucionó el incipiente mundo de la aviación con su autogiro, el precursor del helicóptero.

Este ingeniero murciano registró la patente de su invento en 1920, cuando cobró forma su primer prototipo, el C-1. No consiguió volar, como tampoco lo harían los dos modelos siguientes, pero insistió, hasta que logró su objetivo en Madrid el 9 de enero de 1923.
Aquel día, el ingenio volador tomó altura en Getafe (Madrid) gracias a la pericia del piloto Alejandro Gómez Spencer. El vuelo consistió únicamente en un 'salto' de unos 200 metros, pero demostró que el diseño del aparato era el adecuado. El 31 de aquel enero, el piloto realizó un vuelo de más de tres minutos de duración. Se elevó a más de 25 metros y aterrizó verticalmente sin sufrir el más mínimo percance.

Gracias a las mejoras que introdujo en el modelo C-6, el capitán de Artillería Joaquín Loriga efectuó varias demostraciones ante numeroso público; una de ellas, ante el rey Alfonso XIII. El 12 de diciembre de 1924, Loriga despegó a los mandos del autogiro del aeródromo de Cuatro Vientos para dirigirse al aeródromo de Getafe; ambos, en Madrid.
Meses después, un modelo mejorado fue presentado en Farnborough, en el condado de Hampshire (Inglaterra). El éxito fue tan clamoroso que varios inversores británicos ofrecieron apoyo económico al proyecto, una inyección de dinero que permitió a De la Cierva fundar en Londres la empresa The Cierva Autogiro Company Ltd.
El éxito fue tan clamoroso que varios inversores le ofrecieron dinero y fundó The Cierva Autogiro Company
Su invención marcó un antes y un después en la aeronáutica, siendo la aportación más relevante de España a la aviación mundial. Las ecuaciones de cálculo del nuevo rotor sirvieron para desarrollar el helicóptero, que no funcionó hasta que le acoplaron el rotor ideado por De la Cierva.
En 1928, el ingeniero español cruzó el canal de la Mancha al mando de su autogiro. Su éxito también lo llevó a Washington, donde aterrizó con su máquina voladora en el jardín de la Casa Blanca y fue recibido por el presidente Herbert Hoover.
El 9 de diciembre de 1936, el inventor español murió en un accidente de avión cuando viajaba de Londres a Ámsterdam. Su autogiro fue eclipsado por el desarrollo de los helicópteros modernos.
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