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Evitar la «parálisis por la incertidumbre». Ante el vaivén de la justicia estadounidense a los aranceles de Trump, la Cámara alavesa no levanta la guardia. ... En la entrega de sus XXXIX Premios a la Internacionalización, el presidente de la entidad, Gregorio Rojo, admitió que el «cambio de rumbo» de la Administración americana ha generado «gran incertidumbre», pero no se quedó ahí.
El máximo responsable de la Cámara puso deberes al territorio ante «los retos de nuestra industria», de los que matizó que «no son pocos». Entre las prioridades que se fijó Rojo, destacó cuatro: diversificar la economía alavesa, acelerar su digitalización, captar talento y contar con más renovables. «Debemos definir proyectos que nos permitan afrontar una demanda energética creciente, tratando de avanzar en la senda de la independencia en la generación», recalcó el presidente de la entidad en un momento en el que Álava sólo es capaz de producir el 8,78% de la energía que consume.
Rojo, además, reivindicó el papel de las empresas en el territorio. Especialmente de la industria, donde «descansan las bases de los niveles de bienestar de los que gozamos».
En un momento marcado por esa guerra comercial, la Cámara incidió en la necesidad de reforzar el comercio dentro de Europa. Rojo, de hecho, citó un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) según el cual las barreras internas del continente «equivalen a un arancel del 45% para las manufacturas». También alertó de la urgencia de protegerse «de los competidores que no cumplan con las reglas de juego que se exigen para las empresas europeas», algo que en Álava afecta de modo especial a la automoción, que pugna con el coche chino por atraer compradores.
El presidente de la Cámara, a pesar de todo, no dedicó ni una palabra al absentismo, una cuestión sobre la que todavía está reciente el clamor de SEA Empresas Alavesas para atajar las tasas de la provincia, que son las más altas de España. Sí hubo una referencia al reciente estudio de Laboral Kutxa –patrocinador del evento de la Cámara– sobre la falta de mano de obra, que advierte de que Euskadi puede tener un déficit de hasta 171.000 trabajadores en una década por la crisis demográfica. Ante un «entorno demográfico adverso», Rojo subrayó la importancia de «generar, atraer y retener talento» en el territorio.
Por su parte, el diputado general de Álava, Ramiro González, dedicó buena parte de su intervención a defender la «fórmula de éxito» de la colaboración público-privada y a reivindicar el papel de las compañías. «Perdamos el miedo a defender con orgullo lo que hacen nuestras empresas y nuestros empresarios. Trabajemos juntos para conseguir que las empresas tengan beneficios, porque es bueno tener beneficios. Trabajemos conjuntamente para que las empresas crezcan, porque las empresas buenas no son solamente las pequeñas; también las grandes son buenas compañías. Trabajemos conjuntamente para que sigan generando riqueza», alentó.
El máximo responsable del Ejecutivo alavés reconoció que «mantener el nivel de industrialización es difícil» y agradeció a Carlos Delclaux –premiado como 'Embajador de Álava'– las últimas inversiones de Vidrala en Llodio, con 75 millones de euros. La apuesta de la vidriera alavesa le valió a González para confrontar con las «voces que ponen en duda, desde un pesimismo injustificado, el futuro industrial de Ayala». «Esta inversión demuestra que el futuro está en manos de las empresas; que si Ayala tiene futuro, que lo tiene, será porque las empresas apuestan por Ayala».
El diputado general confrontó en las últimas semanas con la alcaldesa de Llodio, Ainize Gastaka, a cuenta del Plan General de ese municipio, sobre el que llegó a decir en las Juntas Generales que ese documento sólo servirá para «expulsar empresas». Ayer, precisamente durante la parte de su discurso dedicada sobre Aiaraldea, afirmó que «la obligación de las administraciones públicas es hacer todo lo posible para generar un ecosistema en el que invertir en Ayala sea rentable y sea atractivo». Tras ello, agradeció «especialmente» a Delclaux la inversión en Llodio, «porque sabemos que no siempre es fácil».
El presidente de Vidrala tampoco dejó pasar la ocasión para defender a su empresa y lanzar mensajes a las instituciones. Delclaux, que reivindicó que Vidrala tiene en Álava su «centro de decisión real», señaló que ve en Euskadi y en Álava «una cierta tendencia hacia una sociedad de funcionarios públicos y jubilados». «La creación de riqueza no sé cómo va a andar», sentenció en la única crítica de su alocución.
Para darle la sorpresa a Carlos Delclaux acudió al acto Antonio Garamendi, presidente de la CEOE. El líder de los empresarios a nivel nacional pidió impulsar a la industria «todos a una», conciliando tanto al sector público como el privado. Garamendi, además, rememoró la relación de su familia con los Delclaux en Tubos Reunidos, otro de los motores industriales del territorio.
En esta edición, la Cámara se decantó por perfiles ligados a la gran industria a la que dedicó buena parte de su discurso Gregorio Rojo. La Medalla al 'Embajador de Álava' fue este año para Carlos Delclaux, al que se le reconoció por su «liderazgo estratégico» y su trayectoria a lo largo de distintos sectores –con Vidrala como buque insignia–. La Cámara ve en él «una figura clave del panorama empresarial vasco y europeo».
Otros dos grandes motores industriales también se llevaron este año el aplauso de la Cámara. En la categoría de 'Gran Exportador' el premio fue para Michelin Vitoria, que está resistiendo con entereza la compleja situación del mercado de la automoción. De la factoría de la Avenida del Cantábrico destacó «su papel como motor de la internacionalización industrial del territorio». La entidad presidida por Gregorio Rojo sostiene que la fábrica de ruedas ha incrementado sus exportaciones en «un 54%» a lo largo del último bienio.
Pepsico, inmersa en su proceso de descarbonización, se llevó el galardón a 'Empresa Internacional Responsable'. La inversión de 5 millones de euros en la planta de Etxabarri-Ibiña permite a Vitoria posicionarse «como un referente internacional en sostenibilidad industrial».
En la categoría de 'Estrategia Digital Internacional' el reconocimiento fue a Lasil Exclusive Brands. La distribuidora de bebidas alcohólicas premium se lleva el galardón por su «sólido enfoque digital», con una fuerte presencia en el comercio online y una «potente imagen de marca». En menos de tres años la compañía de Lanciego ha alcanzado un «35% de exportaciones».
Como 'Pyme Exportadora', el premio recayó en ZGR Corporación. La electrónica vitoriana factura 21,6 millones de euros al año y más de la mitad ya es gracias al comercio exterior, que representa el 55% de sus ingresos. La compañía vende sus bienes a 17 países y tiene delegaciones comerciales en México y Colombia.
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