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Mientras Guardian ultima su cierre con los despidos de la plantilla, la clausura anterior de Glavista -la 'hermana mayor' de la antigua Villosa, especializada en ... la fabricación de vidrio para automóviles- continúa coleando en los tribunales. Un caso penal impulsado por el sindicato ELA ha movido al fiscal Fidel Cadena a elaborar un escrito de denuncia ante el juez decano de Amurrio al que ha tenido acceso EL CORREO. En él la Fiscalía alavesa observa «indicios» de un delito de administración desleal y otro de insolvencia punible en la venta que cerró Guardian con el fondo suizo Parter Capital, que acabó con el persianazo de Glavista.
El documento señala a una persona con nombre y apellidos. Se trata de Guus Boekhoudt, el vicepresidente de Guardian a nivel europeo. De forma más genérica, el fiscal Cadena extiende su denuncia a «los gestores de hecho o de derecho» de prácticamente todas las sociedades mercantiles de Guardian en España.
Según el relato que presenta el fiscal, en 2019 los gestores de la multinacional decidieron «simular la venta de la rama de actividad de vidrio para automóviles». Todo, con un propósito: «desvincular formalmente al Grupo Guardian como empresario de los trabajadores a los efectos del despido colectivo al que habría de llegarse por el cierre y así eludir el cumplimiento de las obligaciones económicas laborales y civiles derivadas».
Tanto el escrito de Cadena como un extenso informe de los administradores concursales de Glavista hablan incluso de la Operación 'Lone Sailor' (Navegante Solitario). Así es como supuestamente se habría denominado de forma interna a las gestiones para cerrar la venta de Glavista a Parter Capital, que antes ya había estado involucrado en operaciones dudosas en Alcoa.
Ese término, a ojos de la administración concursal de Glavista, ya resulta «significativo». La Delegada Territorial de Trabajo del Gobierno vasco en Álava, de hecho, asegura en otro análisis que hay «similitudes» entre el caso de Glavista y el de Alcoa, que acabó en la Audiencia Nacional.
Esta misma autoridad laboral da por descontado en un informe que se ha dado un «fraude en la compraventa» y especifica que «la situación nefasta para la plantilla hubiera podido tener arreglo con la venta de la unidad productiva», pero Guardian «se negó en redondo sin la más mínima explicación». De hecho, apunta que en la operación podría darse «un posible ilícito penal».
Los distintos informes también apuntan a una operación carente de lógica económica. Frente a un compromiso de invertir dos millones por parte de Parter Capital, Guardian pagaba 6,9 millones de euros y vendía por un euro los activos de Glavista, valorados en 40 millones.
La administración concursal apunta en un estudio que ese precio negativo por la venta podría incluso superar los 16 millones abonados por la multinacional vidriera. «Guardian regala las fábricas a Parter y le da recursos para que aguante artificialmente viva con intención de que la vendedora quede libre de responsabilidades ante el cierre teledirigido de Valenciana y Autoglas Opco», concluye la delegada territorial de Trabajo en Álava.
El curso de estas investigaciones penales se ciñen al cierre de Glavista tras su venta a Parter Capital. Por lo que, al menos 'a priori', no deberían interferir en el proceso de cierre de la planta de Guardian, donde se ejecutaron la práctica totalidad de los 171 despidos durante el pasado mes de abril. Mientras los dueños ultiman el persianazo de la antigua Villosa, las instituciones siguen negociando con posibles compradores.
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