

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
A estas alturas de la temporada la trascendencia de los puntos en juego crece de manera exponencial cada jornada a medida que nos acercamos al ... final. Ya solo quedan cinco estaciones, quince puntos en juego; cada uno vale su peso en oro. Esas últimas jornadas serán como los últimos cinco minutos de un partido de baloncesto, ese espacio de tiempo en el que todo se decide como si lo que había pasado antes no valiera de nada. Claro que eso no es del todo cierto. Lo que ha ocurrido en toda la temporada cuenta, vaya si cuenta. Que se lo digan al Athletic, que puede tirar de ahorros para administrarse en este tremendo final que le queda.
Todos los partidos tienen un aroma de final cuando llegamos a estas alturas, y ya sabemos lo que suele pasar en las finales: funcionando como vasos comunicantes, el fútbol va bajando a medida que sube la angustia. La visita de Las Palmas también era una final, sobre todo para los amarillos, y el partido transcurrió por unos derroteros inesperados sobre el papel teniendo en cuenta que en el campo estaban el más sólido aspirante a una plaza de Champions y un equipo que lucha por la supervivencia.
Noticias relacionadas
Pero ya hemos dicho que llegados a estas instancias, lo que ha pasado antes es solo pasado frente a una actualidad vertiginosa. Y la actualidad era un Las Palmas que venía a San Mamés como un náufrago que busca una tabla a la que aferrarse. En condiciones normales, este Athletic hubiera tenido que dar buena cuenta de un rival tan necesitado, pero las de esta ocasión no eran unas condiciones normales.
Pesó más en el ánimo de los leones la nueva lesión de Sancet que el gol de Iñaki a los cinco minutos que, en teoría, ponía la alfombra roja para el desfile de los de Valverde. El Athletic cuenta en sus filas con uno de los mejores centrocampistas de la Liga, un jugador determinante capaz de resolver un partido por sí solo, como lo hizo ante el Rayo hace pocas fechas. Pero Sancet es ahora mismo un futbolista de cristal que se tiene que cuidar con mimo y cruzando los dedos para que esto solo sea una mala racha y en el futuro el Athletic pueda contar con él con la regularidad deseable.
Cuando vio a Sancet marchándose del campo a los veinte minutos, San Mamés se quedó mudo y el Athletic perdió la concentración. Todo el mundo se quedó pensativo y las gradas se llenaron de médicos amateurs que trataban de hacer su propio diagnóstico mirando el calendario y contando los días que faltan para que el Manchester United llegue a Bilbao.
En esas condiciones era lógico que Las Palmas, que se había visto a las puertas del infierno a las primeras de cambio, diera un paso adelante, se hiciera con el balón que no encontraba el Athletic y empezara a complicar el partido. Antes del descanso Unai Simón ya se había convertido en el héroe del partido re peliendo un remate a bocajarro de Vivian, que desde que ha vuelto de la lesión no es el mismo y hace algunas cosas impropias de su solvencia como comprar boletos para la lotería del penalti, como el día del Rayo, o rematar contra su propio portero. El portero también le ganó después un mano a mano decisivo a McBurnie.
Llegar al descanso con la mínima ventaja en el marcador fue la mejor noticia para un Athletic gris y fallón. La charla de Valverde debió de ser de lo más interesante, porque el equipo volvió al campo con otra cara y, sobre todo, con otro talante. En cuanto subió las revoluciones la diferencia que había entre los dos equipos que hasta entonces solo se había visto sobre el papel, se trasladó al césped. Pudo y debió entonces el Athletic sentenciar el partido, pero faltó puntería y nadie tuvo la finura que mostró Iñaki en el gol. Maroan está bien para descolgar balones imposibles con el pecho facilitando segundas jugadas pero, hasta la fecha, no es un delantero determinante de cara a puerta.
Los médicos amateurs de antes se convirtieron en profetas para anunciar que, de no mediar sentencia, tocaría sufrir en el tramo final. Acertaron de lleno. Januzaj, del Manchester United, a suplente de Las Palmas, pasando por la Real y el Sevilla, sigue teniendo talento y largó un zurdazo que hizo temblar al larguero y a todo San Mamés.
Pudo pasar cualquier cosa en los últimos diez minutos, con un Athletic desperdiciando todos los contrataques en ventaja que podía conceder un Las Palmas volcado a la desesperada, que se encontró con un Simón con la capa de héroe. El Athletic sumó tres puntos de oro pasando un mal rato y pidiendo la hora, pero esos puntos cuentan lo mismo que los que se recaudan con una exhibición y goleando. Nadie se acordará de los detalles a la hora de cerrar la contabilidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.