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Con la llegada del verano y las vacaciones, los hábitos alimenticios cambian y eso repercute en nuestro organismo. Entre los viajes, el cambio de horarios y rutinas, las comidas copiosas, el vermú en el chiringuito o la menor actividad física, el cuerpo se resiente. Según explica, Jonatan Rotaetxe, entrenador personal en Henao Wellness Clinic en Bilbao, la clínica de salud y belleza integral propiedad de Aitor Ocio, muchas personas sienten que ganan peso rápidamente durante estos meses, pero en la mayoría de los casos lo que ocurre es un proceso inflamatorio en el cuerpo más que una ganancia real de grasa.
De ahí, que se vean afectados por la inflamación y se sientan más hinchados de lo habitual. La inflamación suele estar asociada a la inactividad, los cambios nutricionales y el consumo de alimentos procesados, lo que genera una respuesta negativa en el organismo. «Durante las vacaciones, factores como el exceso de azúcar, grasas, alcohol y la falta de movimiento elevan marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (PCR) o la interleuquina-6 (IL-6), asociados a patologías autoinmunes y desequilibrios sistémicos»., indica el especialista vizcaíno y director del área Henao Sport.
¿Qué podemos hacer para evitarlo? El experto ofrece tres pautas claves para evitar la inflamación este verano de una forma saludable y sin dietas milagrosas o entrenamientos maratonianos:
- Sustituir el concepto de entrenar por el de moverse. El término 'entrenamiento' puede sonar exigente en vacaciones. En cambio, hablar de moverse transmite una sensación más asequible y apetecible. «Caminar, nadar, bailar, jugar o seguir una breve rutina guiada son suficientes para mantener el cuerpo activo, siempre que se hagan con constancia», indica Rotaetxe.
- Convertir el entorno vacacional en un gimnasio natural: estar de vacaciones no es una excusa, sino una oportunidad. «La playa, la montaña, los parques o incluso una casa rural pueden convertirse en escenarios perfectos para ejercitarse. Usar bandas elásticas, mancuernas o el propio peso corporal permite entrenar al aire libre. Además, actividades como pádel, golf, senderismo o caminatas conscientes son opciones eficaces y agradables para mantenerse en movimiento», propone el entrenador de Henao Sport.
- Moverse entre 20 y 60 minutos, de una a tres veces por semana: «Este hábito ayuda a activar neurotransmisores vinculados al bienestar, como la dopamina y la serotonina, y hormonas con efecto antiinflamatorio. Como resultado, mejora el estado de ánimo, se gana energía y se refuerza el sistema inmunológico», explica el experto.
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