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Las ficciones que se desarrollan en pequeños y encantadores pueblos de Inglaterra, Escocia o Irlanda habitados por lugareños tan peculiares como entrañables son un género ... en sí mismas. Y eso es lo que, a priori, parecía 'Small town, big story', la miniserie de seis episodios disponible en SkyShowtime. Pero no, no lo es. O no del todo.
Todas las historias, aunque luego se cuenten mal, hay que empezarlas por el principio. Y esta comienza con un 'flashback' en el que dos jóvenes amantes, Wendy y Seamus, están a sus cosas en un bosque cuando, de repente, tienen un encuentro en la tercera fase. Pero ¿eso ha sucedido de verdad, o no es más que una alucinación debida a las drogas? De vuelta al presente, vemos cómo Wendy, interpretada por Christina Hendricks (la Joan de 'Mad Men') regresa al pueblo convertida en una poderosa productora de Hollywood decidida a rodar allí una serie. El rodaje alterará la vida de los habitantes de Drumbán, pero, sobre todo, la de Seamus (Paddy Considine).
Todo hubiera ido razonablemente bien en la serie si se hubiera limitado a centrarse en el barullo que se origina desde el momento en que el rodaje llega al pueblo, en las peculiaridades de los personajes y en el pasado amoroso que comparten Wendy y Seamus. Pero el creador de la serie, Chris O'Dowd, el famoso Roy Trenneman de 'The It Crowd', ha querido alejarse de lo tradicional para darle una vuelta de tuerca. Y la cosa, lejos de convertirse en algo original, se queda en un batiburrillo enloquecido.
En 'Small town, big story' la mezcla de géneros no funciona, y la cantidad de elementos que aparecen acaban por dispersar la atención del espectador. Además, las subtramas se resuelven a medias, los personajes se quedan en la superficie (sobre todo los secundarios, que podrían haber dado mucho más juego) y la historia de ciencia ficción, puesta en escena con unos efectos especiales más que discutibles, emborrona la trama en lugar de enriquecerla. Ni siquiera el elenco de actores, el olor a pintas de cerveza, el encanto de lo rural y la eterna historia del triunfador que vuelve a casa dispuesto a enfrentarse con su pasado son capaces de sacar adelante una serie que se queda en un cúmulo de buenas intenciones, de esas de las que está empedrado el infierno. Puestos a ver películas donde la ironía y el costumbrismo local brillan en todo su esplendor, mejor regresar a 'El hombre tranquilo', 'El inglés que subió una colina pero bajó una montaña' o 'Local hero'. Mucho mejor.
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