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El mayor parque fotovoltaico de Euskadi se acerca al comienzo de sus obras. El Ministerio para la Transición Ecológica ha dado este jueves los permisos ... medioambientales para levantar las 231.000 placas de las que se compondrá Ekienea, el mayor proyecto de renovables conocido hasta la fecha en la comunidad autónoma, con 107,6 megavatios de potencia.
La central, impulsada por Iberdrola junto al Gobierno vasco, Krean y la Diputación, plantea la ocupación de 170 hectáreas en los aledaños de los polígonos industriales de Arasur e Ircio. La central empezó a tramitarse en 2020, pero tuvo problemas para conectarse a la red eléctrica y no ha sido hasta ahora cuando ha recibido el 'ok' medioambiental por parte del Ejecutivo nacional.
Iberdrola ha celebrado la constitución de Ekienea porque «generará energía limpia y autóctona para abastecer a aproximadamente 47.500 hogares y evitar la emisión a la atmósfera de 12.400 toneladas de CO2 al año». La cotizada vizcaína prevé invertir 70 millones de euros en el proyecto y en los periodos punta de las obras, la central generaría hasta 300 puestos de trabajo.
Lo hace, no obstante, con varias condiciones. La primera de ellas, precisamente, será emitir «un informe de seguimiento sobre el cumplimiento» de esos condicionantes y de «las medidas preventivas, correctoras y compensatorias establecidas en la declaración de impacto ambiental».
Otro de los condicionantes es que las obras en determinadas partes de a futura planta solar deberán desarrollarse «fuera del periodo comprendido entre el 1 de febrero y el 31 de julio». Y es que la futura planta se encuentra cerca de áreas consideradas de interés especial del visón europeo y por la «presencia comprobada» de algunas especies de anfibios protegidos en la laguna de Lacorzana.
Pero también hay más aves en el entorno que proteger, como el milano real, el abejaruco, la abubilla común o el alcotán europeo. Los impulsores deberán modificar el tramo final de la línea eléctrica hasta Puentelarrá para «minimizar el riesgo de colisión y electrocución sobre la avifauna», además de evitar los efectos sobre la proximidad del parque natural de los Montes Obarenes. El cable tendrá que ir soterrado -con la obras «mínimas imprescindibles y ajustadas»- o sobre superficie, según el tipo de suelo, lo que necesitará un nuevo «informe favorable» del Gobierno vasco. Habrá que incluir, asimismo, elementos anticolisión reflectantes giratorios y elementos contra la electrocución.
El Gobierno central alerta de que parte de la zona ocupada por el proyecto se solapa con la zona de especial conservación (ZEC) del río Zadorra y deberá «respetarse en su totalidad». Por eso tendrá que quedar libre de instalación de paneles fotovoltaicos y con un vallado perimetral. También habrá que respetar los «bosquetes» de robledales ibéricos que se encuentran en la zona afectada por el parque. «A su alrededor se establecerá una franja de protección de ocho metros medidos a partir de la proyección de sus copas», apunta la resolución. También será necesario un proyecto de restauración ambiental y de integración paisajística para proteger a las especies de anfibios y reptiles.
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