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La confianza de la directiva y la motivación de dirigir a un equipo de Primera se han impuesto a las dudas de la afición. El Chacho Coudet, el artífice de una nueva permanencia del Alavés, continuará en el banquillo albiazul. El técnico pidió unas horas para meditar la propuesta de ampliar su contrato que Sergio Fernández puso sobre la mesa desde días antes. En la cabeza del argentino revoloteaba el elevado desgaste que ha sufrido con la permanente amenaza del descenso y las suspicacias de la grada. Pero finalmente ha aceptado el desafío. El club ha anunciado a última hora de la tarde la renovación hasta 2026, por solo una temporada.
La apuesta, por méritos y convencimiento de la dirección deportiva albiazul, le otorga la oportunidad de tratar de construir un nuevo proyecto. Ya sin los goles de Kike García, que apunta al Espanyol, pero con una buena nómina de su núcleo duro con contrato y la opción de tratar de reforzarse con jugadores de su gusto. Sergio Fernández aseguró esta semana que volverá a haber movimientos y operaciones en las oficinas del Paseo de Cervantes a la hora de confeccionar la plantilla del próximo ejercicio. Con el nombre de Pablo Ibáñez, mediocentro de buen pie, recorrido y brega que casa con el estilo del argentino, asomando como posible primer fichaje.
En este equipo el 𝒆𝒔𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒐 nunca se ha negociado.
— Deportivo Alavés (@Alaves) May 29, 2025
La 𝒍𝒖𝒄𝒉𝒂 y la 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒈𝒂 como símbolo de identidad. pic.twitter.com/TMIZcVLGlw
Coudet ya subrayó su agradecimiento al club por el trato recibido tras el encuentro frente al Osasuna y no desechó la opción de continuar pese a que prefirió no formar parte de la fiesta por la salvación. Sus motivos fueron no copar el protagonismo, sabedor de que esta semana le tocaba ser el centro de atención. El club y el técnico se han sentado en los últimos días para detallar los flecos de una renovación de tan solo un año, pero con la que esperan sentar las bases de un futuro más estable tras una campaña tormentosa.
La mala racha del equipo con Luis García (4 puntos de 27) empujó a la directiva a presionar la polémica tecla del cambio de entrenador. La decisión no gustó a parte de la hinchada albiazul, que durante todo el curso se ha dedicado a jalear al técnico del ascenso. Pero la dirección deportiva que encabeza Sergio Fernández no titubeó en lo que tildó de una «decisión impopular», pero necesaria. «Teníamos un problema serio». El director deportivo acudió a Argentina a convencer a Coudet de recalar en Vitoria. «Nunca dudó y nunca dudé», reveló el exentrenador del Celta. El Alavés era tan solo su segundo banquillo en Europa.
Su aterrizaje no fue el más plácido. Con la nostalgia apoderándose del entorno alavesista, la primera victoria tardó más de mes y medio en llegar. Las derrotas en Mendizorroza amenazaron con dar por concluida su etapa de forma anticipada, en la que afirmó sentir «indiferencia» de la grada. En un arrebato poco habitual en el mundo del fútbol, reveló de forma pública que comprendería su cese. «Cualquier decisión que pueda llegar a tomar el club sobre mí es entendible», manifestó tras caer ante el Espanyol (0-1). Pero la reacción del club fue distinta.
Josean Querejeta fue a su casa. «Me dijo que la única duda que tenía era cómo estaba yo. Yo dije que este equipo no se iba a ir. Fueron momentos difíciles», confesó en Valladolid, ya con la salvación atada. «No pensé que fuera a ser tan duro y costar tanto», reconoció. Los números le avalan. 28 puntos en 23 partidos, y un rendimiento extraordinario en las nueve últimas jornadas. También la pizarra. Tras aquella dura derrota ante el Espanyol, que llegó con un cabezazo en los minutos finales, modificó la forma de defender las faltas laterales. De mantener una línea que marque el fuera de juego lejos de la portería de Sivera a introducir a todos los defensores en su propio área.
El Alavés se fortaleció a balón parado desde la defensa y también en el ataque. El gol de Tenaglia de volea tras un saque de esquina le dio el derbi ante la Real Sociedad y un balón de óxigeno. Aun así, el técnico lo apostó todo a la solidez defensiva, con las líneas juntas y una presión alta. Su idea de fútbol de ser protagonistas con el balón chocaba con la presión y la exigencia que padecían sus futbolistas, liberados ya en la última jornada. Ante Osasuna, el conjunto albiazul dio muestra de un estilo de juego mucho más sugerente. El mismo que tratará de impartir este verano desde una pretemporada que hace días que tiene diseñada y arrancará a principios de julio.
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