Galarreta, el único superviviente del viejo San Mamés

Desde que llegase a Lezama con nueve años, Galarreta se perfiló como uno de los futbolistas más prometedores de Lezama. Llegó a jugar tres amistosos con el Athletic de Caparrós en edad juvenil y, con apenas 18 años, Marcelo Bielsa le citó para la pretemporada del primer equipo en 2011 y ahí vio que tenía «ángel». Por eso, le hizo un hueco en la plantilla principal. Tan solo disputó un encuentro: una derrota en el Parque de los Príncipes frente al Paris Saint-Germain en la fase de grupos Europa League. Entró como suplente en el 88 en sustitución de Borja Ekiza.

Fue en la siguiente campaña, el 19 de agosto de 2012, cuando por fin debutó en Primera. Lo hizo en el viejo San Mamés, con una derrota frente al Betis (3-5). Unos pocos meses después, el 21 de octubre, sufrió la primera de las tres lesiones de ligamento que detuvieron en seco su proyección. Una vez recuperado, encadenó varias cesiones en Segunda y a acabó firmando por el Numancia hasta acabar en el Barça B. Tras un breve paso por Las Palmas, fue en el Mallorca donde se asentó hasta recibir de nuevo la llamada del Athletic.

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Galarreta renueva con el Athletic hasta 2027: «Estoy muy contento por alargar dos años más este sueño»

La próxima temporada será el único jugador en saber lo que se siente al pisar la vieja Catedral. Otros pesos pesados del vestuario, Iñaki Williams o Lekue, debutaron con el primer equipo ya con el nuevo estadio. «Volver al Athletic ya era un sueño. Ni en mis mejores sueños me hubiese imaginado vivir estos dos años. Es una pasada. Estoy muy contento de poder alargar dos años más y con ganas de disfrutar cada día», ha expresado el mediocentro de Eibar tras conocerse su renovación por dos temporadas, hasta junio de 2027. Haciendo balance de los últimos años y los que quedan por delante, Galarreta ha manifestado que «hace poco estaba acumulando años en Segunda, que también es muy difícil y lo valoraba mucho, y la temporada que viene podré escuchar el himno de la Champions en el césped de San Mamés, algo que ni me podía imaginar».