La Ertzaintza detiene a 850 reincidentes al año, sobre todo por robos con violencia e intimidación

Un dato, conocido ayer, resulta revelador de esta preocupante realidad. La Ertzaintza detuvo el año pasado a 850 individuos que ya habían sido arrestados por el mismo motivo al menos en una ocasión anterior en Euskadi, según los datos hechos públicos por el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco en una respuesta parlamentaria al PP. Se trata del doble de detenidos que en 2019, el año anterior a la pandemia, cuando terminaron esposados 469 de estos delincuentes más activos.

La mitad de ellos, 390, terminaron en el calabozo porque pesaba sobre ellos una requisitoria judicial previa, es decir porque la Justicia les buscaba para juzgarles. Los delitos en los que se registra una mayor reincidencia atentan contra el patrimonio y el orden socioeconómico. Destaca por encima de todos el robo con violencia e intimidación, con 81 casos, que es precisamente uno de los que genera mayor sensación de inseguridad en la población y que más victimiza a quien lo sufre. Le siguen en importancia los robos con fuerza (72), es decir violentar el acceso tanto a establecimientos como a domicilios; y las lesiones, la mayoría por malos tratos en el ámbito familiar.

La cifra de 850 reincidentes representa el 12,5% del total de los 6.836 detenidos en Euskadi en 2024, un total de 2.215 de ellos por órdenes judiciales, según la estadística oficial. El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, reveló en una comparecencia que más de un tercio de los detenidos en los últimos cinco años en Euskadi acumulaban tres o más arrestos.

Por territorios, Bizkaia acumulaba en 2024 el mayor número de reincidentes, con 473, casi un centenar por robos. En Gipuzkoa hubo 292 detenidos con más de un arresto anterior y en Álava, 85. Casi la mitad de los arrestados más de una vez en territorio vizcaíno, fueron esposados en Bilbao (211), 85 en San Sebastián y 71 en Vitoria.

En los cuatro primeros meses de 2025 se han denunciado ya en el País Vasco 5.136 robos violentos, tales como tirones de cadenas o de bolsos, cuando en el total de 2024 ascendieron a 16.337. La mayoría de estos asaltos se produjeron en Bizkaia, 2.984, especialmente en la capital, Bilbao, con 1.563 casos. El objeto que más se sigue sustrayendo es el teléfono móvil.

También se publicaron ayer otras estadísticas significativas. Respecto a los robos en establecimientos comerciales cometidos desde 2019 hasta el pasado mes de abril -14.546-, más de 3.000 se registraron en bares, un millar en restaurantes y otros 1.165 en negocios de venta de alimentos. En estos locales también se registran hurtos, es decir, robos al descuido sin necesidad de emplear violencia, 71.476 en total.

La parlamentaria del PP, Ainhoa Domaica, también ha pedido información al Departamento de Seguridad en el Parlamento sobre la utilización de cámaras de videovigilancia que emplean las fuerzas y cuerpos de seguridad en espacios públicos con fines de prevención y detección de infracciones penales.

Si en 2020 sólo se contabilizaron cinco expedientes de autorización de instalaciones fijas de videocámaras gestionadas por la Policía, dos en Bilbao, y una en Etxebarri, Leioa, Plentzia, Lezo y Rentería; en lo que llevamos de año ya se han abierto diez de estos expedientes. Tres de estas certificaciones, que exigen una autorización y control oficial, se otorgaron a la localidad vizcaína de Trapagaran, con un presupuesto de 3.200 euros, concretamente en la zona de Ugarte, con el objetivo de evitar que se viertan residuos industriales, dos en Vitoria y otras dos en Irún. En Barakaldo, por ejemplo, también se colocaron tres cámaras de videovigilancia en 2021.

El año pasado, sólo en Gipuzkoa se colocaron nueve de estos dispositivos, otros cuatro en Bizkaia y dos en Álava.