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El accidente del buque escuela mexicano 'Cuauhtémoc', que ha colisionado contra el puente de Brooklyn en Nueva York este domingo y ha provocado dos muertos, ... tiene una relación pasada con Euskadi. No es la primera vez que esta nave impacta contra una pasarela. Ya lo hizo hace 18 años en Bizkaia cuando chocó contra el Puente Colgante y los mástiles golpearon la base de la infraestructura que se erige sobre El Abra.
Pero la relación de esta nave con Euskadi es aún más cercana. La ría de Bilbao le vio «nacer». La embarcación fue construida en 1981 por Astilleros Celaya de Erandio y se botó en aguas vizcaínas un año después. Se trata del buque escuela de la Armada de México donde los cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar realizan sus viajes de práctica. Con tres mástiles y 23 velas repartidas, tiene un total de 2.368 metros cuadrados de velamen.
Encargado por iniciativa del entonces presidente mexicano José López Portillo, era el cuarto y último de los grandes barcos diseñados y construidos por los astilleros vascos para las armadas hispanoamericanas. Las naves «gemelas» son el Gloria de Colombia, el Guayas de Ecuador, y el Simón Bolívar de Venezuela.
El trágico suceso de esta madrugada (noche del sábado en Estados Unidos) se ha saldado con dos muertos y una veintena de heridos cuando se disponía a partir de la ciudad norteamericana con dirección a Islandia. Cuando se produjeron los hechos, la marea estaba en ascenso.
Pero el traspase de hace casi dos décadas se desarrolló sin mayores percances. El 30 de agosto de 2007, cuando el velero abandonaba el Museo Marítimo de Bilbao -engalanado para la ocasión-, donde fue la principal atracción en plena Aste Nagusia, llegó a tocar la parte baja del emblemático transbordador. La pasarela había sido declarada solo hace un año Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Aquel día, la marea también convirtió la maniobra en una actividad complicada y milimétrica. La operación se desarrolló durante la pleamar «más viva del año», en palabras de la Autoridad Portuaria. El mástil mayor del 'Cuauhtémoc' mide 48,5 metros, lo que dificultaba la actuación más de lo esperado. De ahí que el navío se dirigiera a un ritmo muy lento hacia la desembocadura del Nervión. Había que pasar por debajo del puente con escaso margen -«para dar espectacularidad al asunto»-, pero sin accidentarse. No se logró.
No se produjeron daños de consideración, si bien «varios cristales» quedaron incrustados en la estructura. El incidente quedó en anécdota. Un susto entre las rancheras, aplausos y saludos que le habían despedido unos minutos antes. Pero colocó sobre la mesa el mínimo margen de error para un velero de esa envergadura. Un aspecto que esta noche volvió a surtir efectos inesperados.
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