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En el edificio de la calle Ballets Olaeta, junto a la salida de los túneles de Carmelo Bernaola y donde se sitúa la comisaría de ... la Policía Municipal de Deusto, el ruido es «infernal», denuncian los vecinos. Mediciones realizadas por el Consistorio y que los residientes pidieron alertaban de niveles sonoros superiores a los 60 decibelios por la noche, 10 más de lo contemplado en la normativa y muy superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Una docena de vecinos del bloque que comprende los portales 12, 14 y 16 decidieron, por ello, instalar «cortinas de cristal» en los balcones, una solución cara, pero efectiva contra el ruido, los aguaceros, el frío y el calor y los vendavales, porque se trata de una zona muy expuesta a la Ría.
Son estructuras desmontables y que se pliegan como un acordeón, cuya instalación supera los 10.000 euros por terraza y que, según explican los residentes, favorecen ahorros energéticos del 75%. En este mismo edificio hay otros siete vecinos que las han adquirido y esperan instalarlas pronto. Pero no son los únicos, ya que estas estructuras también están siendo utilizadas en las torres nuevas de Garellano, en Arangoiti, San Adrián, Pozas -donde las denuncias por ruido son el pan de cada día- e incluso en la Gran Vía, junto al parque de Doña Casilda.
Pues bien, el Ayuntamiento ha declarado la guerra a estas estructuras y ordenado su retirada en Ballets Olaeta y también en las torres nuevas de Garellano. Desde el área de Urbanismo comparan estas estructuras con los cerramientos permanentes de balcones y aseguran que contravienen la actual normativa urbanística. Y los vecinos han recurrido a los tribunales para conservarlas. Sólo en Ballets Olaeta doce familias han interpuesto un contencioso contra el decreto municipal, a las que se suman las de las torres de Garellano.
Unai Alonso es uno de los afectados en Deusto, que instaló la «cortina» acristalada para aislar su balcón, en un segundo piso, del ruido del tráfico de los túneles y de los golpes de viento. Según explica, las terrazas son obligatorias en edificios de nueva construcción y estas estructuras florecen en la ciudad porque muchos vecinos sufren una insportable contaminación sonora. Vitoria y San Sebastián ya las han regulado y permiten su instalación de manera individual siempre con un acuerdo comunitario y con el respeto a la uniformidad en su diseño, por lo que no entiende por qué se les pone freno en Bilbao. «Una política aferrada a razones meramente estéticas va a afectar seriamente a la calidad de vida», relata.
EH Bildu defenderá hoy una moción en el Pleno para reclamar la modificación de la normativa urbanística y que se permita la instalación de estas medidas de eficiencia energética y de renovables en el parque residencial. «Se ha quedado obsoleta y ese es el problema de fondo», explica el edil y arquitecto Karlos Renedo. A su juicio, la legislación local debe responder a los nuevos retos en adaptación al cambio climático y sostenibilidad. Porque el futuro llegará cargado de instalaciones fotovoltaicas en las fachadas, aerotermia y otras medidas por la necesidad de prescindir de los combustibles fósiles y a su juicio, el Ayuntamiento debería facilitar estas instalaciones, no poner trabas y mucho menos litigar con los vecinos.
«Está fuera de lugar y no tiene sentido. La adaptación del parque es una necesidad que debe hacerse de forma continua», apunta. En el caso de las cortinas de cristal, que aíslan del ruido, del viento y también térmicamente, Renedo advierte que además de en las otras capitales, municipios como Getxo y Urduliz permiten su colocación. Además, alega que en el Casco Viejo, comunidades interesadas en instalar aerotermia se han topado con el no rotundo del Consistorio porque ha de colocarse fuera de la vivienda y estos aparatos tienen que instalarse en el exterior, donde captan el aire. Se impone, dice, flexibilizar la normativa para adaptarla a los nuevos tiempos. «No tiene sentido que el EVE esté subvencionando la aerotermia cuando el Ayuntamiento no te deja ponerla».
Desde el área de Urbanismo han explicado hoy que el planeamiento sí permite estos elementos, «pero siempre que haya edificabilidad y que se presente un proyecto conjunto de la comunidad o las comunidades afectadas», para llevarlo a cabo con el fin de que el conjunto quede uniforme. Es decir, que no se contempla la colocación individual.
Fuentes municipales, que aclaran que han ganado ya uno de los contenciosos, alegan que los vecinos han realizado obras «sin licencia y contra el PGOU, y como son obras irregulares que no se pueden legalizar se les ha ordenado la retirada. Ni han presentado un proyecto conjunto de comunidad ni lo han ejecutado todos los vecinos conjuntamente. Y además, o lo que es más importante, ese edificio tiene la edificabilidad agotada y por tanto no pueden hacerlo. En la escritura de obra nueva del edificio expresamente se recoge como prohibidos los cerramientos». Y abundan que en el proyecto cercano de los alojamientos dotacionales se permitirán porque se incluyen en el proyecto de obra.
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