Pradales recuerda a Aznar que su abuelo «firmaba como Imanol». «A ambos nos podrían llamar catetos»
Desvela que sus padres le inscribieron como Manuel en 1975 y se declara «orgulloso» de sus raíces pero también de haber «abrazado un nacionalismo democrático e inclusivo»
La polémica en torno al euskera que estalló en la Conferencia de Presidentes de Barcelona, cuando Isabel Díaz Ayuso decidió abandonar el foro en protesta ... por el uso de las lenguas cooficiales, no amaina. Si entonces el lehendakari Pradales amagó con no regresar al encuentro de mandatarios autonómicos y lamentó que la presidenta madrileña cayera en tics «del pasado» con la polémica de los pinganillos, hoy ha sido el turno de José María Aznar, que en una entrevista reciente ha criticado al jefe del Ejecutivo de Vitoria por ser «castellano vasco» -su familia es originaria de Burgos- y hablar en euskera. En su comparecencia ante la prensa en Ajuria Enea para hacer balance de su primer año de mandato, el lehendakari ha dicho sentirse «muy orgulloso» de sus apellidos y de sus raíces castellanas pero también de que sus padres, y después él mismo, abrazaran «la causa del nacionalismo democrático, abierto e inclusivo» frente al expresidente Aznar, que, a su juicio, representa «lo peor del nacionalismo español excluyente».
«Es una lástima», ha insistido Pradales, que incluso ha querido contar una anécdota, desconocida hasta ahora, para rebatir al también presidente de FAES. Según ha dicho, al nacer «en plena dictadura franquista» -el 21 de abril de 1975- sus padres tuvieron que inscribirle en el registro como «Manuel», y sólo tras la muerte del «dictador» pudieron cambiarle el nombre a Imanol. «La paradoja histórica es que el abuelo de Aznar se llamaba Manuel igual que el mío y firmaba como Imanol muchos de sus escritos porque durante una época militó en el nacionalismo vasco. Así que el señor Aznar supongo que compartirá conmigo que a ambos nos denominen catetos», ha ironizado.
El euskera es, de hecho, por esta y otras razones, uno de los asuntos centrales de la legislatura de Imanol Pradales. También por la decisión del PNV de presentar en solitario, sin el socio de gobierno, una iniciativa para blindar los requisitos lingüísticos en las OPE ante la sucesión de varapalos en los tribunales. Preguntado sobre su grado de identificación con la iniciativa jeltzale y sobre la posibilidad de que abra una brecha con el PSE, el lehendakari, que ha dado muestras de sintonizar plenamente con su partido ante la urgencia de brindar «seguridad jurídica» a los opositores, ha abogado también, implícitamente, por la posibilidad de que PNV y PSE puedan llegar finalmente a un acuerdo, una vez que las distintas iniciativas, también la de Bildu para que el euskera sea requisito general, empiecen su andadura. «Espero que en el trámite parlamentario se puedan labrar acuerdos y consensos», ha dicho, tras insistir en que la obligación del Gobierno es «revitalizar» la lengua vasca de la mano de la sociedad y no sólo con reformas legales, y alejarlo de «la bronca, los intereses y las luchas partidistas».
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