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Pues tiene buena pinta la gira de 'Dolce vita', el noveno y nuevo disco de los zaragozanos Amaral (1992, ¡¡¿33 años llevan ya?!!), a tenor de lo catado este sábado en el Pabellón de Miribilla en su macro-concierto (fuera vimos aparcados cuatro camiones, cuatro furgonetas y autocaravanas, y un autobús) con las entradas agotadas en la venta anticipada (7.500, pues el provocador del escenario, esa protuberancia que se adentraba entre el público, restaba varios cientos de espectadores). Y otro triunfo de los maños es que las entradas fueron adquiridas también por numerosos jóvenes: es que se las oía a ellas cantar a pleno pulmón en las canciones más famosas de un repertorio de 29 temas (30 contando con 'Te recuerdo Amanda' entonado por el mismo Víctor Jara desde la gran pantalla de fondo) en dos horas exactas (de 21.12 a 23.12).
Por cierto, felicitemos cuanto antes a la lideresa, a Eva Amaral, porque de ella, como directora y hasta montadora, son las imágenes de esta gira. Unas imágenes que realzaron y dinamizaron el show de Miribilla desde las pantallas de fondo, que incluso invadían el propio escenario por las torres móviles donde estaban colocados el baterista a un lado y el teclista al otro. Unas visuales ora muy naturalistas por ecologistas (desde las montañas verdes captadas mediante drones hasta la fauna voladora), ora muy televisivas (el escenario lo era, con esa escalera central tan raphaelesca, y así lo fue la realización del concierto en directo, con un camarógrafo portando una steady cam y siguiendo sobre todo a Eva Amaral a la vista de todos), ora yeyés pero tarantinianas (la silueta bailonga que evidentemente era la sombra de Eva y que apareció en al menos dos canciones agigantada al fondo).
Eva Amaral, que usó dos vestidos, fue el foco de todas las miradas, eclipsando a su compañero Juan Aguirre, quien en su única intervención oral recordó que nació en el País Vasco, dedicó el concierto a su padre fallecido en febrero, y cantó 'Tardes' como una suerte de Extremoduro mustio. Además, Juan es un guitarrista muy, muy limitado, y por eso las canciones de Amaral les salen tan parecidas, tan lineales incluso, aunque este sábado no caímos en la cuenta de que todas eran iguales hasta la número 24 de la treintena.
En el oficialmente primer concierto de la gira (en realidad era el segundo, porque el 2 de mayo estuvieron haciendo el mismo repertorio en El Ejido, Almería), en formato septeto (colocado a dos alturas, con dos chicas a la derecha del escenario y con una escalera que a veces subía y bajaba la lideresa), Amaral recrearon todas, las 15 canciones del álbum en cuestión, 'Dolce vita', lo cual es un mérito valiente. Además, esas canciones sonaron sin la solemne pedantería que rezuman en el disco, aunque chirrió bastante el estribillo de la segunda, 'Eso que te vuela la cabeza' («Eso es lo que nos salvará / La única bandera que haremos ondear / La única patria que yo quiero de verdad», y de repente ahí hubo una explosión de confeti). Ah, y el momento más espectacular de la noche llegó en la coreografía de 'En el centro de un tornado', cuando Eva voló, literalmente, a gran altura sujeta por unas cuerdas, como Francis Doctor Deseo, y vestida con una larga falda roja que le daba el aspecto de vampiresa de Coppola.
Sigamos repasando la novedad, cuyas canciones mostraron a Eva Amaral pastoreando, dominando a la masa (en 'Rompehielos' donde más, logrando que la masa ondeara sus brazos alzados), bailando aflamencada aunque con escasa gitanería ('Libre', con el rojo empapando todo el pabellón), sonando susurrante a Mecano ('Viernes Santo'), reivindicando al citado Víctor Jara ('Podría haber sido yo', con percusiones a lo Valeria Castro), realzando ella la sencillez guitarrística de su compañero Juan Aguirre ('Los demonios del fuego'), resonando a Simon & Garfunkel ('La suerte') y también a La Oreja de Van Gogh ('La unidad del dolor'), bailando tarantiniana ('Hasta que la música se acabe'), tornándose ornitológica ('Pájaros') y despidiéndose con los molinos del apagón en la pantalla ('Ahí estás', cuando al presentarla Eva dijo: «Espero que para vosotros haya sido tan emocionante como para nosotros», añadió algo del corazón y concluyó con un «muchas gracias, ahí estáis siempre»).
Sí, hablaron poco. Juan sólo cuando recodó a su padre, y ella algunas veces más, pero pocas también: agradeció al principio el que se hubieran agotado las entradas en la anticipada (había mayoría de mujeres y muchas jóvenes, insistimos), dijo que la visión del público desde el escenario le abrumaba (la steady cam que le seguía y la rodeaba cual satélite la mostraba delante del pabellón en buenas imágenes de show televisivo), preguntó qué tal se oía (BIENNN, respondió el gentío como los niños a los payasos de la tele; no obstante, por el epílogo del macroconcierto a ella se le entendió mucho menos, quizá por tener ya la voz cansada), animó a disfrutar de la belleza como mensaje principal de 'Dolce vita', y explicitó que su canción 'Salir corriendo' (de 2002) era una invitación a una maratón (sic) para escapar del maltratador.
Todo esto estuvo bien, pero lo mejor y más vivaz (por más conocido y coreado con ansia por el parroquia) fueron las canciones de antaño, o cuando menos anteriores a este noveno álbum: a la cuarta, 'Toda la noche en la calle', Miribilla adquirió ambiente de fiesta estival más que de festival, en 'Kamikaze' Eva aulló, pop coral fue 'Moriría por ti', a la que se unió una también coral y con aire de rumba 'Días de verano', 'Resurrección' quizá brilló como lo más animado de toda la velada, 'Cómo hablar' tuvo vocación de himno, para comenzar el primer bis Eva y Juan a dúo interpretaron 'Sin ti no soy nada' (de 2002 también, el hit que les subió a la primera división que no han abandonado), 'Hacia lo salvaje' fue un rock ecologista de lo óptimo del repertorio, 'Revolución' sembró el feminismo, y en el segundo bis la comunión absolutamente cantarina y feliz tuvo lugar en la canción de 'Son mis amigos' (en realidad titulada 'Marta, Sebas, Guille y los demás') y a otro himno se asemejó 'El universo sobre mí'.
En agosto Amaral recalarán en Santander con esta misma gira 'Dolce vita'. Hummmm…
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