El Amorebieta se gana una vida extra

Los azules saltaron al terreno de juego con esa valentía de quien tiene ya muy poco que perder y mostraron, como en tantas jornadas, buenas hechuras. La diferencia en esta ocasión es que tuvieron esa pizca de fortuna que casi siempre les ha dado la espalda. Natxo González dispuso un planteamiento ofensivo y adaptable y la cosa funcionó bien durante la primera mitad.

El primer cuarto de hora fue de cierto dominio de los zornotzarras, que incluso pudieron haberse adelantado en el marcador en un balón que quedó muerto en el área pequeña tras un saque de esquina pero que Ben Hamed, forzado, mandó por encima del larguero. Poco a poco, las tornas fueron cambiando y el mando fue recayendo en manos del filial blaugrana, que merodeó con cierta asiduidad el área de los vizcaínos. Desde la frontal Soma probó fortuna con un potente disparo que Marino repelió a córner con la yema de los dedos.

Los culés llegaron a perforar la portería vasca, pero el colegiado no dio validez al tanto de Virgili por un fuera de juego tremendamente ajustado. Como también lo fue el que le señalaron minutos después a Álvaro Marín en un lance que también acabó en el fondo de las mallas. Dos acciones para la polémica de las que salió más entero el Amorebieta. Los de Urritxe retomaron su ofensiva y encontraron premio a diez para el descanso. Tras varios envíos consecutivos a la olla, Camacho puso el centro definitivo para que Amelibia remachara de cabeza el gol de la esperanza. Segunda diana del curso para el central getxotarra.

Envalentonado tras el paso por vestuarios, el Amorebieta estuvo a punto de ampliar su ventaja nada más iniciarse el segundo periodo. Ben Hamed apareció con peligro en el área, puso un centro que Astralaga despejó al punto de penalti y, desde ahí, Vicandi no acertó a mandar el cuero entre palos.

Perdonaron los azules y eso dio alas a un Barça Atlétic que logró generar muchas y buenas oportunidades para empatar, pero se topó con un espectacular Unai Marino, que se convirtió en el mejor de los suyos. Guille Fernández y Virgili se toparon con el meta de Ondarroa de forma casi consecutiva y Toni Fernández mandó el balón rozando la escuadra.

La respuesta no pudo ser mejor. Transición rápida de los azules para que Iñigo Muñoz, desde el costado izquierdo, se sacase de la manga un disparo con rosca al segundo palo que impactó en la madera antes de alojarse en la portería culé. Un golazo que encarrilaba el partido y reforzaba el average particular entre ambos a favor de los de Urritxe.

Los de Natxo González replegaron filas y gestionaron bien su renta pese a que el cuadro blaugrana siguió buscando sin éxito un tanto que les metiera en el partido. También Hervías y Masllorens pudieron redondear la tarde para el Amorebieta en los minutos finales. Afortunadamente, no hizo falta. Los tres puntos que les permiten seguir soñando estaban ya a buen recaudo en el zurrón de los zornotzarras.