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Chayanne parece tener el don de la inmortalidad. Desde los 10 años y hasta los 56 que tiene ahora no se ha bajado de los ... escenarios. Desde que formó parte de una banda infantil llamada Los Chicos hasta su último disco 'Bailemos otra vez', publicado a finales de 2023 y que da nombre a la gira con la que este viernes agotó las 7.400 entradas disponibles en Bilbao. La del pabellón de Miribilla ha sido su primera fecha de las nueve que tiene previstas en las próximas semanas en España, país al que llevaba catorce años sin venir a tocar. La larga espera se ha traducido en 'sold out' en prácticamente todas sus fechas.
Los nueve tráilers aparcados en la puerta del Bilbao Arena daban buena cuenta del potente espectáculo que ha preparado Chayanne, absolutamente cómodo en su faceta de galán con toques de 'sex symbol'. Cuatro bailarinas y otros tantos bailarines le acompañaron en las coreografías, esas a las que se sumaba a placer, mientras paseaba de un lado al otro del escenario, como quien tiene interiorizado cada movimiento. Tres guitarristas, un bajista, un teclista y dos percusionistas hicieron que el show tuviera el empaque que requiere una gira internacional de semejantes características. No en vano, con 40 millones de discos vendidos, es uno de los artistas latinos más aclamados. Mención aparte merecieron los visuales, proyectados en unos pantallones que ocupaban toda la escenografía. «Es el concierto número 67», apuntó. El 'Bailemos otra vez' tour comenzó el 21 de agosto en San José, California.
«Llamé al disco 'Bailemos otra vez' porque quería volver a bailar con ustedes», explicó Chayanne desde el escenario, mientras se disculpaba por tantos años sin tocar cerca. De hecho, explicó que tenía previsto un encuentro hace cinco años que se truncó por la pandemia. Su público, con pancartas y camisetas personalizadas, seguro que habría agradecido que la espera hubiese sido más leve, pero desde luego el artista dejó contento al personal. Hubo quien seguro bailó hasta las lentas. Durante dos horas, encarriló cerca de una treintena de temas, algunos absolutos himnos intergeneracionales como 'Boom Boom' y 'Salomé', los dos éxitos de arranque que unió al tema que da nombre a la gira en un popurrí inicial. Uno de los puntos negativos del concierto, que apenas los tuvo, fue precisamente acortar algunos de los temas más trascendentes de su carrera. Ocurrió algo similar en 'Torero', el inevitable cierre, que supo a poco. De hecho, la canción terminó con una parte instrumental y ya sin Chayanne en escena, que descolocó un poco al personal. Por lo demás, fue un bolo que mantuvo muy bien el equilibrio entre los temas más animados y las baladas, una de las señas de identidad del portorriqueño pese a que sus temas más populares sean los bailables.
La alternancia entre el baile y los temas más lentos permitió al artista tomar aliento y desprenderse del sudor con un característico gesto con el dedo índice que se asemejaba a un limpiaparabrisas. Al inicio del concierto, hizo un movimiento similar, esta vez para simular que se secaba las lágrimas de la emoción. De hecho, en varias ocasiones se llevó la mano al pecho como signo de agradecimiento. «Mi gente bonita. Qué placer tan grande, qué placer tan grande estar aquí en Bilbao, qué belleza. Esto que van a ver en el escenario se ha hecho con mucho entusiasmo y cariño», aseguraba Chayanne, muy cercano con el público, atento tanto con las primeras filas como con quienes estaban en la parte alta de las gradas. Una fan le regaló un osito de peluche, que acabó siendo testigo del resto del concierto desde una de las escaleras del escenario. «En Puerto Rico tienen una casa, pueden entrar sin llamar. Cada vez que escuchen mis canciones, siéntanme a su lado», invitó.
Apareció en escena gracias a un elevador y en lo alto de unas escaleras que dieron mucho juego durante todo el concierto. Con 'Caprichosa' aparecieron sus inconfundibles pasos de baile, esos con los que parece no tener huesos en las extremidades. Con 'Cuidarte el alma', donde sustituyeron las guitarras elétricas por las españolas, el sonido empezó a ser mucho más limpio, más afinado. 'Atado a tu amor' fue la primera canción con la que bajó a saludar al público de las primeras filas, sin dejar de lucir la voz, ejercitando el diafragma. En la salsera 'La Clave' Chayanne enseñó unos sencillos pasos de baile «a la izquierda, a la derecha», mientras el público le seguía y soltaba algún grito con cada movimiento de cadera y en la rockera 'Fiesta en América' se lucieron banderas de todo el continente tanto en las pantallas como entre el público. El portorriqueño se dejó querer, se gustaba. 'Y tú te vas', 'Completamente enamorados', 'Te amo y punto' y 'Un siglo sin ti' pusieron de manifiesto el dominio de la balada de un artista que para el público general siempre ha destacado más en sus temas movidos. Sin embargo, fue en los temas más pausados en los que más pudo brillar. «A mi padre lo llamo mañana y le diré que la gente de Bilbao estuvo caliente y me divertí mucho», prometió tras 'Si nos quedara poco tiempo'.
Y llegó la gran traca final con algunos de sus temas más recientes. Porque pese a su dilatada carrera, sigue siendo una máquina de éxitos. 'Humanos a Marte', 'Como tú y yo' y, sobre todo, la archiconocida 'Madre tierra' fueron la antesala de los bises. Esta última fue una de las más celebradas, con el público haciendo coreografía y mímica con cada verso del estribillo. Tras una breve pausa regresó a ritmo de 'Tiempo de vals', con parte del parqué de Miribilla emulando un elegante salón vienés. Siguió la danza, pero cambió el género con la sensual y reciente 'Bailando bachata', con sensuales movimientos de Chayanne con las bailarinas y no había dudas de que el colofón del conciertazo sería 'Torero'. Buen momento para hacer un inciso y comentar que recientemente la organización ecologista PETA ha pedido al artista que sustituya en su letra la profesión de matador de toros por la de bombero. Una fan con disfraz de traje de luces, con capote y banderilla incluidas, y la aparición de las bailarinas con abanicos dieron buena cuenta de que están al margen de esta polémica.
Y llegó el momento de la despedida. Saludos a todo el público y pancartas en alto. La más original, en primera fila: 'Besos desde Toledo'. «Están en mi memoria, los amo, hasta la próxima». Que no haya que esperar otros catorce años.
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