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Fernando Romero
Domingo, 4 de mayo 2025, 11:08
La noche de ayer fue larga para el Amorebieta, que tras caer derrotado en el derbi contra el Barakaldo ya es equipo de Segunda Federación. ... Una noticia tan dolorosa como esperada vista la trayectoria del equipo esta temporada, pero que se consumó de una forma decepcionante. Un mal partido de los azules que el primero en criticar fue su propio entrenador, Natxo González. El técnico alavés, visiblemente contrariado y tajante en sus afirmaciones, criticó aún en caliente que «una cosa es perder y otra cosa es la forma, y la forma en la que hemos perdido no me gusta».
El titular del banquillo de Urritxe fue muy claro al señalar que «cómo no voy a estar decepcionado, si pasamos de estar orgullosos de muchas cosas hace una semana y seis días después todo lo contrario». «Al final, esa falta de regularidad nos ha llevado a donde nos ha llevado». Y eso es al cuarto peldaño del fútbol nacional.
Desde el inicio, se pudo ver que el Amorebieta no carburaba. El Barakaldo tenía más ritmo, más intensidad, más confianza. La gestualidad de Natxo González en el banquillo era muy clara, no le gustaba nada. Algo que se confirmó cuando metió un doble cambio a la media hora. Un movimiento muy poco usual en el fútbol. «No estamos acostumbrados, el motivo no siempre es que todo sea un desastre, pero algo teníamos que hacer para tratar de consolidar un poco a nivel defensivo», relataba.
«No se trata de señalar a nadie, porque en esa primera media hora el nivel que ha dado el equipo no es acorde con lo que hemos sido siempre», proseguía. «De alguna forma tenía que tratar de reorientar ese rumbo, aunque era difícil. Cuando un equipo empieza tan mal, luego es muy difícil retomar y subir un peldaño o dos».
«Hace tiempo que no me sentía tan decepcionado con la entrada del equipo, con el juego… hemos sido inferiores», cargaba Natxo González. «Esto es el juego, el fútbol de hoy en día es intensidad, duelos, ritmo… y ahí han estado muy por encima de nosotros», incidía el vitoriano. «La primera media hora, estando yo de entrenador, no recuerdo que el equipo haya estado tan mal. Luego, los últimos quince minutos -de ese primer periodo- hemos estado bien y sin hacer nada del otro mundo hemos tenido dos o tres buenas acciones para empatar. Pero se veía en los duelos, en la intensidad. Éramos perdedores siempre. Y así es muy difícil», lamentaba.
Natxo González no acertaba a encontrar una explicación al mal encuentro de los suyos, ni tan siquiera en el aspecto anímico. «Siempre no tiene porqué haber un por qué», espetaba. «Han sido superiores, han afrontado mejor el partido, con la sensación de que se jugaban más que nosotros. No hemos estado a la altura de lo que requería el partido», sentenciaba el míster de los zornotzarras.
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