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León XIV va dando los primeros pasos de su pontificado tras ser elegido Papa en el cónclave concluido el pasado jueves. Este sábado volvió ... a reunirse en el Vaticano con todos los cardenales, tanto los que se encerraron con él en la Capilla Sixtina para las votaciones como los que tienen más de 80 años y, por tanto, no pudieron participar en los escrutinios. En un encuentro de unas dos horas de duración celebrado a puerta cerrada, el peruanoestadounidense Robert Prevost, de 69 años, tomó primero la palabra para marcar cuáles van a ser las líneas maestras de su pontificado para, a continuación, dejar que los purpurados plantearan libremente sus inquietudes. No dio tiempo a que hablaran todos lo que lo deseaban, por lo que se instó a los que faltaban a que pusieran por escrito sus propuestas y comentarios, de manera que se las hagan llegar más adelante.
Entretanto, algunos de los participantes en el cónclave van dando datos de cómo se desarrollaron la votaciones, en las que Prevost habría logrado despuntar desde los primeros escrutinios, superando así al gran favorito según diversos medios, el purpurado italiano Pietro Parolin, secretario de Estado durante el pontificado de Francisco. «León XIV es un Papa estupendo y ha tenido muchos más de 100 votos», contó este sábado el cardenal Désiré Tsarahazana, de Madagascar, a pesar de la prohibición de revelar los detalles de lo ocurrido en la Capilla Sixtina. El quórum estaba fijado en 89 papeletas. Los 8 cardenales estadounidenses junto a Prevost con derecho a voto lo habrían apoyado en bloque, según dieron a entender los propios prelados en un encuentro con los medios en el Pontificio Colegio Norteamericano. También le habrían sostenido buena parte de los 17 electores latinoamericanos, que conocían al nuevo Papa por su larga etapa como misionero y obispo en Perú.
León XIV se habría visto beneficiado igualmente de sus dos últimos años como prefecto del dicasterio para los Obispos, uno de los cargos de mayor responsabilidad en el Vaticano. «Tiene una considerable experiencia de la Curia romana, pero no bastante larga como para que se le identificara con ella», reconoció el cardenal británico Vincent Nichols en 'La Repubblica'. Parolin, por su parte, dijo en una carta enviada al diario 'Giornale di Vicenza', la provincia del norte de Italia donde nació, que «la hinchada a su favor» se había visto superada por «la lógica de la fe y de la Iglesia» que imperó en la Capilla Sixtina.
En su discurso de este sábado, el nuevo obispo de Roma reveló cuál es el elemento sobre el que piensa sustentar su pontificado: el Concilio Vaticano II, el evento eclesial más importante de los últimos siglos, de cuyo final se cumplen este año siete décadas y que actualizó la presencia de la Iglesia católica en el mundo en diversos ámbitos. León XIV les exigió a los cardenales «plena adhesión» al camino conciliar. Aunque fue elegido Papa en la cuarta votación del cónclave, un resultado bastante rápido y que logró tras despuntar desde los primeros escrutinios, lo que hace pensar que pudo recibir también el apoyo de los cardenales más conservadores, Prevost dejó claro que nadie debe esperar de él vueltas al pasado.
De hecho, afirmó que la aplicación de las enseñanzas conciliares fue «actualizada magistralmente» por su antecesor, Jorge Mario Bergoglio, fallecido el pasado 21 de abril, con su exhortación apostólica 'Evangelii Gaudium', publicada en 2013 y que tuvo un carácter programático en el anterior pontificado. En particular el nuevo Papa destacó varios elementos de aquel texto en los que piensa ahondar: el «regreso al primado de Cristo en el anuncio», la «conversión misionera», el «crecimiento en la colegialidad y en sinodalidad», la atención a «la piedad popular», el «cuidado» de los más débiles, y el diálogo «valiente y confiado» con el mundo contemporáneo. Son estos los principios del Evangelio a juicio de Léon XIV, que también citó a Benedicto XVI.
El nuevo Papa les recordó a los cardenales que les corresponde a ellos ser sus más «estrechos colaboradores» y que espera que lo hagan, pues «esto me sirve de consuelo al aceptar un yugo que claramente supera no sólo mis fuerzas, sino a las de cualquier otro». También se declaró «indigno sucesor» de San Pedro y «humilde siervo de Dios y de los hermanos» y aprovechó para explicar por qué eligió el nombre de León XIV. «Hay varias razones, pero la principal es porque el Papa León XIII, con la histórica encíclica 'Rerum novarum', afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial», dijo. La situación de hoy tiene elementos similares, por lo que la Iglesia puede ofrecer respuestas, con su «patrimonio de doctrina social», para afrontar la «otra revolución industrial» debido a la Inteligencia Artificial, que plantea «desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo».
Según explicaron fuentes eclesiales, varios de los cardenales que tomaron la palabra después del discurso de León XIV manifestaron la necesidad de aumentar las ocasiones en las que los purpurados se reúnen entre ellos y con el Papa. Pretenden así mejorar el conocimiento mutuo de manera que también puedan ayudar mejor al Pontífice en el gobierno de la Iglesia católica.
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